Hablar de Sonic Youth siempre resulta complejo. Su variada gama de direcciones musicales, los hace ser una banda rica en propuestas, pero totalmente inclasificable. No basta con ahondar en etiquetas como Noise o Indie para encasillarlos, puesto que gran parte de su discografia es un completo dolor de cabezas. Mucha experimentación ronda en su basto catálogo, sin embargo existen ciertas estrellas que se han encumbrado por sobe las demás, precisamente por poseer un factor que a largo plazo resulta determinante. Bajo esta premisa, yacen fuentes inagotables de inspiración como lo son los álbumes Goo, Dirty o Washing Machine. Pero quizás el que mejor rescata esa faceta a medio camino entre el ruido y la complejidad junto a sonidos más Pop y tradicionales es Sister.
Lanzado en el año 1987, es su cuarto larga duración. Un hito que desembarcó los mejores elementos de esos años tumultuosos marcados por la experimentación, el Noise y el disco Evol, en sincronía con los primeros aullidos de un Rock alternativo a portas de establecerse en los grandes sellos, y que dejaría como consagración el posterior Daydream Nation. Y es que Sonic Youth logró sintetizar de gran manera las constantes batallas musicales que significan sus composiciones, en un apartado mágico de momentos intensos y revolucionarios. De aquí salieron melodías inmortales, al son de una ética compositiva totalmente alejada de los clásicos estándares dispuestos por la industria y la música radial, siendo la actitud Punk un híbrido igual de trascendente que cualquier expresión artística de salón.
La banda estaba compuesta en ese entonces por Thurston Moore, Kim Gordon, Lee Ranaldo y Steve Shelley, los cuales también se encargaron de la producción.
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