lunes, 11 de agosto de 2014

Hasta siempre Robin Williams


Hay días en que todo acaba en silencio. Días en que las risas se apagan y los llantos hacen estruendos, pues la partida de un ser querido así lo merita pero ¿qué sucede cuando un famoso, al que muchas veces miramos, del que mucho aprendimos, con el que nos reímos, lloramos e incluso cantamos nos deja repentinamente? Pueden florecer todo tipo de frases, historias, memorias (incluso bromas) que nos hagan sentido en muchos aspectos y precisamente ahí radica la grandeza de una persona que no solo hizo su pega y bien, si no que intento entregarnos siempre un poco más.


Hoy lunes 11 de agosto, yo y unos amigos comiendo completos en un patio de comidas en un espacio urbano en algún lugar de la ciudad. Entonces la noticia afloró en mi facebook: Muere Robin Williams, presuntamente de un suicidio pues padecía, al parecer de una gran depresión; tal cual. Me quedé plop! Pero no fue hasta llegar a mi casa en que comencé a recordarlo y me dije a mí mismo “este loco tenía cualquier películas” y sí, me puse a investigar, más allá de las típicas Jumanji, Mamá por siempre o Patch Adams, y entre tantos nombres, en mi mente sonaban con fuerza tres, que en algún momento de mi vida provocaron un gran impacto en mi. 


Good will hunting aparece quizás como la obra maestra en la que participó, recuerdo haberla visto en casa después del colegio y a pesar de que en ese momento le puse la atención necesaria, no fue hasta la segunda vez que la vi, un poco mayor cuando la película me impactó mucho; no hasta el extremo de cambiar mi vida pero puedo decir con toda seguridad que es una cinta que todos deberían ver alguna vez, ya que todos hemos estado (estamos o estaremos) perdidos por la mundo sin un camino fijo, vagando entre traumas y falta de motivación pero claramente el gran atractivo de estos momentos es que muchas veces, podemos encontrar respuestas, salidas o solo compañía en gente externa a nosotros pero con un sentido de la realidad adaptado a fijarnos en las cosas que realmente nos hacen felices; Sean Maguire es el claro caso del tipo de ayuda más eficaz, un ser humano clásico, con problemas, recuerdos, risas y mucho más, sintetizando su historia para contarla y así aprender de lo caprichosa que puede ser la vida. Good morning, Vietnam o un hombre dispuesto a decir lo que piensa sobre las brutalidades cometidas por el ser humano, en el mismo momento en el que se llevan a cabo. Sujetando en sus manos el arma más mortífera de los sin voz, la música mientras que de su boca, todo tipo de comentarios políticamente incorrectos expulsados en los momentos necesarios con la mejor de las defensas, la sonrisa. Y ya entrando a las tierras fértiles del artista que llevo dentro (y que muchos llevamos) está la ya clásica película de culto La sociedad de los poetas muertos o como darnos el sentido de la vida en base a la expresión más fuerte de todas, la palabra. Siempre que puedo la veo, hubo un tiempo en que orgulloso de mi escribí en la muralla de mi pieza Oh captain my captain y hasta el día de hoy sigue ese espacio intacto, recordándome que a pesar de las imposiciones modernas puedan llegar a azotar nuestros modos de vida, los rincones más preciados de la pasión personal siempre estarán ahí. Nunca dejes que nadie decida por ti, hazlo tu mismo, claro, dicho de una manera mucho más elegante y discursiva, el Oh captain my captain sigue siendo el grito de batalla de todos aquellos que no nos conformamos con las limitaciones y seguimos resistiendo desde las trincheras más carroñeras de la galaxia, la libertad de expresión misma.




No me queda más que agradecer la gran obra de este tormentoso actor, que desde sus roles más serios, pasando por la comedia pura o el drama moderno, siempre nos entregó la mejor de sus sonrisas y el más preciado de sus dones, la actuación. No quiero entrar más en detalle, no quiero subirme al carro del sensacionalismo ni menos ponerme del lado de los que llevan al extremo su indiferencia en base a que no poder soportar el aprovechamiento mediático de las muertes, pero créanme que este señor se lo merecía, más allá de que si les gusta o no, fue un gran aporte en lo que hacía. Más allá de los sueños debe estar descansando donde quiera que esté, ya sea como Mork en el planeta Ork o como T. Roosevelt en el museo. Salud.


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