lunes, 30 de marzo de 2015

Canción del día n°69 The Dictators - I Got You Babe


The Dictatores fue una de esas tantas bandas que aparecieron a mediados de los años setenta y que influenciaron, a su manera, el movimiento Punk Neoyorquino que dio a luz a nombres como Ramones o The Heartbreakers. Nada hubiese sido lo mismo sin ellos. Tampoco nada hubiese sido lo mismo sin bandas como New York Dolls, Patti Smith Group o Television, todas y cada una de estas aportaron y moldearon, tanto el estilo musical como la actitud, y The Dictatores en especial contribuyó con una mirada mucho más soleada y Pop de la música, sin dejar de lado los sonidos más duros que le dieron fama a la banda, como una de las más peligrosas en su momento. Entre sus miembros se encontraban nombres tan diversos como Ross Friedman alias The Boss, Andy Shernoff, incluso Mark Mendoza, quién más tarde terminaría tocando en Twisted Sister. Hoy en día, gracias a la magia de la nostalgia, el grupo es considerado como una piedra angular en la historia del rock, pues más allá de lo musical, fue el grupo que estuvo en el momento y lugar adecuado, siendo la transición perfecta entre las bandas Proto Punk con estilos más Garage o Glam y las más directas y contraculturales de New York, dejando para el legado clásicos como California Sun o Master Race Rock.  La canción del día para esta semana, entre marzo y abril, con The Dictators y su versión para el hit de Sonny y Cher, I Got Yoy Babe.

Título: I Got You Babe
Intérprete: The Dictators
Álbum: The Dictators Go Crazy Girl!
Año: 1975














jueves, 26 de marzo de 2015

Músicos olvidados de bandas emblemáticas



Richie Ramones, Batería– The Ramones


Baterista de la banda Ramones entre los años 1982 y 1987. Llegó justo cuando habían grabado uno de sus albumes menos populares “Subterranean Jungle” y a pesar de que no estuvo en las grabaciones, si participo de los videos y giras del disco. Aportó mucho en los posteriores álbumes del grupo, componiendo algunas canciones, entre estas Somebody Put Something in my Drink del disco Animal Boy en 1986 y cantando íntegramente algunas de estas, cosa inedita hasta esa fecha. Debido a diferencias con Johnny Ramone, este sale de la banda de una manera poco amigable, a pesar de que con Dee Dee y Joey forjarían en estos años una gran amistad. Según propias palabras del vocalista, Richie le devolvió la vitalidad a la banda y fue un salvavidas ante el inminente precipicio en que por esos años la banda se encontraba debido a la mala relación de sus miembros. Richie hasta el día de hoy es uno de los Ramones menos recordados.


Rod Evans, voz– Deep Purple

Fue el primer vocalista de la famosa banda Deep Purple, entre los años 1968 y 1969, siendo uno de los fundadores. Grabó tres discos con el grupo antes de que fuese corrido por estos, debido a las diferencias musicales que Evans tenía sobre los caminos más Hard Rock que querían explorar en aquel momento . A pesar de ser un tanto distinto musicalmente a los demás miembros, sobre todo a Ritchie el cual siempre quiso ir por un camino más agresivo, se ha ganado la admiración de unos cuantos fans como yo por ser uno de los motores principales en los inicios del grupo, e incluso porque los tres primeros discos de Deep Purple son super buenos. 


Alan Wilder, Sintetizadores, teclados, etc – Depeche Mode

Uno de los músicos más olvidados y quizás de los más importantes en el desarrollo de una banda. Llegó a Depeche Mode en el año 1981 como músico de apoyo, pero poco a poco fue ganándose un lugar en la composición de canciones y arreglos de estas mismas. Desde el Construction Time Again hasta el Songs of Faith and Devotion, Wilder dotó de los momentos necesarios para darle giros mucho más sinfónicos y doctos a la música del grupo, siendo su aporte en el disco Violator de lo más aplaudido de su carrera. Lamentablemente abandonó la banda un poco antes del Ultra debido a las fuertes adicciones que atravesaban sus miembros, cosa que no pudo seguir soportando más.


Eric Avery, Bajo – Jane’s Addiction

El que fue en algún momento el visionario de los Jane’s Addiction junto a Perry Farrell, poco a poco comenzó a ceder en todas las decisiones que la banda, en medio de grabaciones y excesos, tomaba a partir del imaginario artístico de Farrell. Hoy en día es el único miembro faltante de los Juanas Adicción, papel que mucho de los fans más acérrimos extrañan debido a la profundidad y fuerza que le entregaba Avery a las canciones, sobre todo en vivo. Actualmente sigue como el quinto Garbage. 


David Silveria, Bateria – Korn

Las cajas agudas de Korn nunca sonaron igual, y es que David Silveria, sin ser un baterista prodigioso, le aportaba un elemento clave al grupo de Jonathan Davis y compañía: las bases rítmicas. Ese dueto entre el bajo de Fieldy y la batería de Silveria concibió definitivamente el sonido más explotado del Nu Metal, ese que basaba su fuerza en las guitarras al ritmo de verdaderas canciones de Rap o Funk. Actualmente se supo que quiso volver a la banda cuando Head lo hizo pero Korn no lo quiso; Lamentable.


Francisco Molina, Bateria – Los Tres

Cada día que pasa encuentro que Los Tres se van más a la mierda. A pesar de que Alvaro Henríquez sea el gran compositor de las canciones de los de Concepción, es imposible prescindir tan fácilmente de músicos que son una propia escuela dentro de la música Chilena. El caso más olvidado de un Tres es el de Pancho Molina, músico que le aportaba una variedad impresionante de ritmos a la música de la banda, o sea el Fome nunca sonaría tan Jazz si no fuera por Francisco Molina, músico actualmente radicado en New York.

Cherie Currie, Voz, Guitarra, etc – The Runaways

Puede que Cherie Currie disfrute de un lugar casi de culto en la música Rock gracias a su participación en la banda The Runaways, grupo en el cual ocupaba un papel totalmente protagónico pero las exitosas carreras solistas de Joan Jett y Lita Ford la dejaron en segundo plano a la hora de recordar su carrera musical. Actualmente se dedica más a otras cosas como la actuación, pero no por eso hay que olvidar su papel en la historia de la música, pues definitivamente fue el gran cerebro pensante y agonizante de la urgencia Rockandrollera que The Runaways mostró en sus discos.


Chad Channing, Bateria – Nirvana

El baterista de la época más oscura y ruidosa de Nirvana que pasó a segundo plano debido a la gran popularidad de goza Dave Grohl actualmente, además de no haber hecho mucho musicalmente después de Nirvana. Es el que grabó el Bleach, aportó con algunas de esas rarezas que se recopilaron en el Incesticide, incluso participó en el tema Polly del Nevermind, mérito suficiente para pasar a la historia como uno más de los que dieron vida a Nirvana en su momento.


Hillel Slovak, Guitarra – Red Hot Chili Peppers

Si hay algo malo en los fans de los Red Hot más superficiales, es su creciente olvido por el pasado de la banda; para ellos pareciera que el grupo solo existiese desde Californication, quizás para los más viejos desde el Blood Sugar Sex Magik, por eso es bonito cuando hablan del Mother’s Milk para abajo, y recuerdan con entusiasmo como las guitarras del fallecido Hillel Slovak influyeron de manera sorprendente en John Frusciante, el gran artífice de los Chili Peppers. 


Glen Matlok, Bajo – Sex Pistols

Ya, quizás el miembro más conocido de los Sex Pistols por razones obvias sea Sid Vicious, incluso John Lydon pasó a segundo plano (algo que se buscó con su genial Public Image Ltd.) pero muy pocos recuerdan que antes de Vicious estaba Glen Matlock, el que sea quizás el más músico y más Punk de la banda, musicalmente hablando. A él le debemos el bajo en Anarchy in the Uk, además de la composición de la mayoría de los Tracks del disco.


Bill Wyman, Bajo – The Rolling Stones

Si George Harrison era el Beatles tranquilo, Bill Wyman era su equivalente en los Stones. Alejado de la banda desde hace más de 20 años, Wyman actualmente se dedica a sus propios proyectos de más bajo perfil, siendo Bill Wyman’s Rhythm Kings el más popular de estos. Más allá de que nunca tuvo mucha participación en la banda, Bill Wyman siempre fue el miembro idóneo para que los egos más explosivos de Jagger y Richards (y en su tiempo Brian Jones) idearan las canciones y escogieran los caminos musicales que la banda debía tomar. 





martes, 24 de marzo de 2015

Discos 70's: The Stooges - Fun House (1970)

Elektra Records

Cuando la sicodelia Punk de su disco debut, se transformó en una incontenible aplanadora de salvajismo y Rock & Roll de Garage, nació este segundo álbum de una de las bandas más temidas y extrañas que pudiera existir por aquel entonces. Lo suyo no era la vanguardia de The Velvet Underground ni las revueltas sociales de MC5, más bien era la esencia pura de lo que hoy se entiende como provocación; La distorsión musical en la imposición misma del sonido más purista del Rock, ese que poco a poco se iba perdiendo en medio de los berrinches existenciales y los excesos. Entonces The Stooges se transformó en algo más que la versión Punk de The Doors.

The Stooges - Fun House (1970, Elektra Records)

Todo tipo de nombres importantes en la música han mostrado su aprecio por el segundo disco de los Stooges, desde Jack White hasta Joey Ramone, todos coinciden en que el registro más realista en cuanto a las actuaciones crudas y directas que la banda presentaba en sus shows, se encuentra en este Fun House, un disco que no presenta esquemas algunos, en cuanto a evoluciones y maduración por sobre su disco debut, al contrario, se centra completamente en sonar mucho más simple y contundente, sin mucha producción, algo que en su momento desencanto a la crítica "especializada" pero que atrajo la mirada de una juventud, que deseaba expresar de manea inmediata toda la frustración que sentían, tanto en la música como en la vida, pues la guerra de Vietnam todavía estaba presente en el ánimo del país y la contracultura se había vendido a los paradigmas pacifistas de los Hippies. Iggy Pop y compañía eran todo lo contrario, eran mucho más sucios y revoltosos.
El disco era una muestra visceral de canciones punzantes y peligrosas, partiendo por Down On the Street que comenzaba a mostrar ya los dotes de locura que ya son tan icónicos en Iggy Pop. Así T.V. Eye espantaba a los espectadores más pasivos, dejándolos pegados en el techo con ese comienzo poderoso que da la banda en medio de los gritos histéricos de Iggy. A pesar de que el disco paso desapercibido por la prensa y las listas, los shows comenzaron a repletarse cada vez más, llegando a generar una de las postales más recurrentes ya en la música Rock, cuando Iggy Pop se lanzaba al público en reiteradas ocasiones, siendo sujetado por este; algo que ya es habitual pero que en aquel entonces fue bastante impactante. A pesar de que las cosas se salieron de control cuando la banda comenzó a experimentar un fuerte consumo de drogas, siendo desvinculada de Elecktra Records, su casa discográfica por aquel entonces, la creciente amistad entre Iggy y David Bowie los llevará un peldaño más allá. El resto ya es historia, o pudo ser historia, depende de donde se le mire.


Canciones para recién iniciados: En la discografia de The Stooges no encontramos verdaderos hits, pero hay algunos temas como I Wanna Be Your Dog o Search and Destroy que son parte fundamental del Rock más marginal, así No Fun fue el punto de quiebre del Punk en manos de los Sex Pistols, pero este Fun House tiene potentes muetsras del sonido más desenfrenado de la banda. Ahí nacen dos de las canciones más veneradas de la banda de Detroit, como Loose o la ya mencionada anteriormente T.V. Eye.

Canción esencial: Si hablamos de canción esencial, aquí todas cumplen esa categoría, desde el Blues mal logrado de Fun House hasta la aguerrida T.V. Eye, pero la que mejor personifica el espíritu de la banda, según mi humilde opinión es 1970. Un tema que nos hace un llamado radical para que la pasemos bien, un poco distorsionado, pero no importa, uno ve cómo se lo toma. 1970 es de esos temas que crece con cada reproducción, la que perfectamente sirve como puntapié para entender lo que más tarde se llamaría el sonido Punk.

Integrantes:

Iggy Pop: Voz

Ron Asheton: Guitarra
                 
Dave Alexander: Bajo
                 
Scott Asheton: Batería
                 
 Invitado especial: Steve Mackay: Saxo

Producido por: Don Gallucci



Tracklist
01. Down on the Street
02. Loose (Ver video aquí)
03. T.V Eye (Ver video aquí)
04. Dirt
05. 1970 (Ver video aquí)
06. Fun House
07. L.A. Blues






lunes, 23 de marzo de 2015

Canción del día n°68 Dr. Dre - The Day The Niggaz Took Over


Hubo un tiempo en que el Rap vivía momentos muy altos de cambio. N.W.A. había impulsado cierto revuelo musical con su disco Straight Outta Compton, en lo que no tardo de definirse como Gangsta Rap para las masas, pero la banda rápidamente comenzó a desmoronarse. Ice Cube fue el primero en decir adiós, luego fue Dr. Dre el que dejó a Eazy E y compañía para lanzar su propia carrera musical bajo el sello Death Row Records. Las revueltas raciales contra el racismo y la brutalidad policial, se vieron fuertemente influenciadas por discos como The Predator de Ice Cube y este The Chronic de Dr. Dre, lanzado en el año 1992, y el que se transformó de inmediato en todo un clásico del género y de la música en general. Puede que sea el disco más importante de Rap de los noventa, lleno de himnos como Nuthin' But A G Thang o Let Me Ride, allí otras más feroces como The Day The Niggaz Took Over se despojaban de toda limitación para abordar de una manera peligrosa, las rimas y los ritmos que aportaba Dre junto a colaboradores como Warren G, Nate Dogg y un joven Snoop Dogg, el cual aportó de sus mejores versos para este disco, que si no lo tiene todo, estuvo muy cerca de tenerlo. La canción del día suena peligrosa y conflictiva, con Dr. Dre y The Day The Niggaz Took Over .

Título: The Day The Niggaz Took Over 
Intérprete: Dr. Dre
Álbum: The Chronic
Año: 1992






















viernes, 20 de marzo de 2015

El día en que... dos grandes promesas se esfumaron


Hay días brillantes, en los que el sol saca a relucir las luminosas vidas terrestres que suelen desenvolverse con total naturalidad sobre un mundo hostil; almas artísticas que dan todo de sí para generar la vida misma a través de sus disciplinas, ya sean plásticas, narrativas o musicales. Este es el caso de dos grandes músicos que partieron un 19 de marzo, de maneras distintas pero que dejaron un legado, que hasta estos días es imposible olvidar. Randy Rhoads y Andy Wood.

En plena gira de promoción del segundo disco solista de Ozzy Osbourne, Diary of a Madman, Ozzy y su banda, entre ellos Randy, venían en un autobús luego de un gran show dado el 18 de marzo en Knoxville, Tennessee. Luego de un break, el chofer del bus saca a pasear a Randy y una maquilladora en una vieja avioneta que lamentablemente se estrelló contra una casa, que resultó incendiada y que terminaría por sepultar los sueños del que podría haber sido uno de los guitarristas más importantes de la historia de la música. Lo más paradójico es que Randy le había estado aconsejando a Ozzy que se cuidara del alcohol y los excesos, o si no acabaría con su vida tempranamente. 8 años después, el por entonces vocalista de Mother Love Bone, Andy Wood, el cual se perfilaba como un tremendo frontman, gracias a su potente voz y al creciente interés por el Grunge, perdía la vida debido a una sobredosis de heroína. La perdida destrozó a sus compañeros de banda, en especial a su amigo Chris Cornell, el cual decidió lanzar un disco tributo en memoria de Andy, el cual se titularía Temple of the Dog. Andy se fue al igual que Randy un 19 de marzo, aunque este último pudo ver publicado alguno de los discos en los que participó, pues Andy Wood no alcanzó a estar para el álbum debut de la banda, que terminaría por convertirse en una de las más exitosas de los años 90, Pearl Jam. El día en que dos grandes promesas se esfumaron, pero que siguen ardiendo gracias al incontrolable fuego que significaron sus canciones y sus legados musicales.




martes, 17 de marzo de 2015

Canción del día n°67 M.I.A. - Galang


En el mundo de Maya, más conocida como M.I.A., todo puede pasar. Desde variaciones étnicas de una propuesta cercana a la música electrónica, hasta la posibilidad de llevar los elementos rítmicos del Rap por pasajes mucho más arriesgados que los más establecidos por sus contemporáneos, y es que M.I.A., a su manera, ha logrado cautivar con sus cuatro discos de estudios, que hoy la tienen como toda una referente de la música más actual. Desde que lanzó su primer disco en el año 2005 llamado Arular, los aplausos y las alabanzas de la crítica no se hicieron esperar, a su vez que los grupos más conservadores vieron como una amenaza su propuesta directa, vetándola más de una vez a través de una fuerte censura, la promoción de sus canciones y videos, siendo la principal causa, la cercanía que la artista tiene con todo tipo de causas referentes a la liberación, como lo es el caso de Palestina. Más allá de todo eso, M.I.A. todavía sigue generando grandes canciones, las cuales la han llevado por diversas partes del mundo, incluido Chile en esa versión 2013 de Primavera Fauna, que supongo muchos de ustedes recordarán. La canción del día, desde las revelaciones sonoras de su disco Arular, con M.I.A. y su hit Galang.

Título: Galang
Intérprete: M.I.A.
Álbum: Arular
Año: 2005















jueves, 12 de marzo de 2015

Canción del día n°66 The Kinks - Picture Book


Si existe un disco que puede bordear con facilidad la nostalgia, tristeza, alegría, infancia, recuerdos, etc. Todo lo que nos hace ser lo que actualmente somos como personas, es sin duda Village Green Preservation Society de The Kinks. Muchos Británicos lo ven como un disco nacionalista que defiende la cultura Inglesa hasta más no poder, tanto por su carácter patrimonial como por los paisajes recreados en las canciones del disco, pero para Ray Davies, autor conceptual y musical de la obra, es más bien un disco honesto sobre los callejones que moldearon su niñez y adolescencia, a la vez que una forma de hacer frente al bloqueo que el mercado Estadounidense puso sobre la banda por aquellos años. Mientras todas las bandas se dejaban influenciar por las drogas de turno, los alucinógenos, la cultura hippie y la sicodelia, los Kinks se jactaron con un sonido y búsqueda más propia, lo que generó en definitiva que el disco no vendiera tanto, pero a largo plazo que se transformara en una arriesgada propuesta que hoy, lo deja como un clásico indiscutido de la música.
La canción del día desde ese tremendo bosque de influencias pasadas y futuras, con The Kinks y su Picture Book.

Título: Picture Book
Intérprete: The Kinks
Álbum: The Kinks Are the Village Green Preservation Society
Año: 1968





















miércoles, 11 de marzo de 2015

Archivos en fuga: Entrevista a Jack White


Jack White
Entrevista Los Inrockuptibles
Publicada en Mayo del 2005
Por: JD Beauvallet

Una buena imagen, canciones incendiarias y excesos de watts. Lejos de las modas, la forma base de The White Stripes convirtió al dúo en el mejor ejemplo de cómo ser retro sin perder el honor, el glamour ni el espíritu aventurero. Antes de su primera visita a la Argentina, Jack White adelantaba cómo serian los conciertos del dúo, anticipaba la salida de Get Behind Me Satan, mientras exhibía sus obsesiones y revolvía el pasado.
Jack White: Este año no paramos, venimos de hacer shows muy intensos. Apenas terminamos la última gira me planteé la idea de parar un poco para descansar; después de tres años de dedicación absoluta al grupo, tengo la sensación de no haber hecho otra cosa que ser un miembro de los White Stripes… El año pasado apenas pude hacer una pausa muy breve para producir Van Lear Rose, el disco de Loretta Lynn.
El grupo está en su mejor momento: ya es un clásico, vende muchos discos, sus conciertos se llenan, la prensa los elogia…
Sí, pero eso es lo que menos me preocupa. Nunca pensé: “Nos está yendo bien, no nos conviene parar justo ahora”. El verdadero problema es que la inspiración me persigue todo el tiempo. Y no puedo cerrarle la puerta en la cara, me es imposible dejar de componer, es algo que me absorbe y me desborda. Es una urgencia, una necesidad, no tengo ningún control sobre lo que pasa dentro de mi cabeza…
Los conciertos de White Stripes son muy físicos, sus giras interminables, y hace tres años que no paran. Encima, el mes que viene sale el nuevo disco. ¿No te preocupa tu salud?
Sí, un poco. Pero parece que todavía tengo mucha energía en stock. El año pasado me hice varios chequeos, y me dieron todos bien. Consulté a dos o tres médicos, y todos se mostraron igual de asombrados: fumo mi paquete de cigarrillos por día y, sin embargo, no me detectan nada. “Es milagroso” me dicen, “Pero su estado de salud es excelente” (risas).
Muchos habrían delegado la realización de un DVD, o pospuesto la grabación de un nuevo trabajo…
Necesito hacerlo todo yo mismo. En ese sentido soy muy estricto, y un poco omnipotente. Jamás voy a delegar nada a mi compañía discográfica porque cada pequeña decisión que involucre a los White Stripes me pertenece. Ojo, una vez que confió en alguien, sé muy bien como darle carta franca. Con Michael Gondry, por ejemplo, que es quien hace todos nuestros videos, las cosas se dieron bien de entrada. Nos tenemos una confianza mutua, en nuestras primeras conversaciones sentía que me estaba leyendo el pensamiento… Además ¿Con qué derecho podría inmiscuirme en la realización de nuestros clips cuando podemos trabajar con un tipo tan talentoso? Sí él quisiera dirigir todos los videos de White Stripes de acá en más, lo firmo ya mismo.
Tienes fama de cascarrabias…
Ya sé, pero juro que no es tan así. Por favor, acabemos con el mito: cuando tengo confianza absoluta en alguien, soy capaz de bajar la guardia. En serio, no soy un monstruo (risas). Sé que muchas veces lo parezco, pero no lo soy.
¿Qué pensaste de ti mismo sobre el escenario cuando te viste en el DVD?
Lo primero que se me ocurrió fue que ése no era yo sino un personaje que intento dirigir como si fuera un títere. Me enojé dos o tres veces, estaba furioso con lo que ese payaso de Jack White hacía en la pantalla. La guitarra descordada, los efectos apretados fuera de tiempo, los movimientos torpes… Para la pobre Meg fue peor todavía porque en la batería, el menor de los errores se nota enseguida, incluso más que en la guitarra. Honestamente, cuando vi las imágenes me dije: “¿Cómo esto puede interesarle a alguien?”. Nos veía aburridos y chatos. Al final logré entusiasmarme gracias a las canciones, más allá de la interpretación. Siempre fui muy crítico con el grupo; hace años que miro videos y escucho los conciertos de los White Stripes para ver qué falta, y siempre llego a la misma conclusión: hay que ir a lo más simple, a la depuración. Todos los grupos se preguntan qué es lo que deberían agregarle a sus shows: cuerdas, luces, pantallas… Yo busco sacar.
¿Qué aprendes de ti mismo viéndote?
Que tengo miedo de dirigirme al público. Y aunque es una situación que en principio no debería molestarme demasiado, genera que muchas veces me tomen por un tipo antipático, cuando en la vida cotidiana suelo ser más abierto y amable. En el escenario tengo pánico de todo menos de tocar. Un mensaje para los que nos vayan a ver dentro de poco: no soy un monstruo, solo soy un poco miedoso… (Risas). También me pasa que vi demasiados conciertos en los que el cantante de una banda se siente obligado a hacer una estupidez para llenar un silencio. Y eso queda mal porque rompe el clima del show. En mi caso, decir algún chiste y que nadie se ría, por ejemplo, quebraría toda mi concentración. No quisiera pasar por ese momento para nada. También reconozco que mi aspecto es un poco intimidante: cuando tocamos estoy tan poseído por las canciones que me olvido hasta de sonreír.

Vienes de filmar con Jim Jarmusch (Coffee & Cigarettes) y con Anthony Minghella (Cold Mountain). ¿Qué es lo que te atrajo a convertirte en la “criatura” de un director de cine?
Esa “pasividad” que te da ser un simple colaborador fue como tomarme unas vacaciones lejos de Jack White. Trabajar así me alivio bastante, está bueno no ser el que toma todas las decisiones. Con Jarmusch nos entendimos enseguida, pero lo de Cold Mountain fue más complicado porque nuestras expectativas no eran las mismas. Discutimos sobre la banda de sonido y nunca pudimos ponernos de acuerdo del todo. De todas maneras, si bien la situación fue algo tensa, sirvió para reafirmar uno de mis principios más básicos: nadie nunca va a producir un álbum de The White Stripes. Jamás. Un productor no entendería ni compartiría mi background: siempre seré el mejor para decidir qué es bueno para mí y qué no. Ahí apareció el monstruo de nuevo (risas).
¿Te imaginas como director de cine?
Es un sueño que tengo desde chico. Es más, cuando era adolescente intenté dar mis primeros pasos en cine: empecé como asistente de muchos rodajes de publicidades en Detroit. Pero enseguida me di cuenta de que, en esa industria, hasta la idea más intrascendente debe pasar por las manos de decenas de personas para ser filtrada o diluida. En cine es muy difícil que una idea pueda permanecer pura: siempre sale mutilada. Hacer una gran película requiere mucho esfuerzo y valentía porque hay que ser muy resistente, tolerar miles de opiniones, soportar miles de egos…
¿Quiénes eran tus héroes cuando soñabas con ser director?
Orson Welles y Stanley Kubrick. Y Fritz Lang, aunque más que nada por su fotografía. Las películas de Welles me daban la impresión de estar vivo… Hoy me paso la vida alquilando películas viejas. En las giras compro toneladas de DVDs que después me olvido en los micros o en los hoteles. Debe haber gente que se está armando unas videotecas buenisimas con mi dinero (risas). Veo muy pocos estrenos -casi no tengo tiempo para ir al cine-, pero hace poco vi Eterno resplandor de una mente sin recuerdos y me encantó. También me gustó mucho Napoleon Dynamite, de Jared Hess; me hizo acordar de mis años de colegio.
¿Compras DVDs de música?
Nunca. El único que tengo es una compilación pirata de todas las apariciones de los Stones en la televisión Inglesa durante los sesenta. Ah, y uno de Beck que anda dando vueltas por casa. Antes de ponernos a trabajar en Under the Blackpool Nights, uno de los pocos conciertos filmados que vi y que me fascinó fue The Last Waltz (Scorsese). Me gustó tanto que se convirtió en mi única referencia del género; quería intentar capturar esa clase de pasión… En realidad, no sabía del todo qué quería, pero tenía muy claro que no me interesaba para nada hacer uno de esos rodajes baratos que graba MTV. La idea era que no se perdiera nuestra pasión, nuestra energía, ni nuestros defectos. No quería pegar ni adulterar nada: detesto esa manía de los canales de música de tenerle tanto miedo a los accidentes del vivo. En ese sentido, la elección del formato fue intencional: rodar en fílmico, con seis cámaras de Super 8 y de 16 milímetros impedía de movida caer en esa tentación
En el DVD hay una versión de “Jolene”, de Dolly Parton, que es una canción de amor… ¿Tu visión del amor es así de absoluta?
Soy muy romántico, sí. Y una canción como “Jolene” me hace llorar cada vez que la escucho. No estoy hecho para resistir dignamente a los sentimientos demasiado fuertes: para mí, la ausencia es un tema muy movilizador. Pensándolo bien, debe ser ese sentimiento de pérdida lo que me toca tanto del blues. Y “Jolene”, a su manera, es una canción de Blues.
En los conciertos de los White Stripes, “Seven Nation Army” llega al final, como si para ustedes se hubiera vuelto una carga…
La tocamos tarde porque tiene la función de ser el postre, el helado después de una buena comida. Hace poco, un amigo me decía que en nuestro show del Festival de Reading, la gente esperaba tanto que la tocaramos que cuando empezamos a hacerlo casi explota todo. Lo bueno es que la expectativa que genera obliga al público a permanecer concentrado hasta ese momento. Jugamos con sus nervios.
Más allá de los shows, fue el tema que los lanzó a la fama mundial…
Sí, ese es su lado malo.
¿Te molesta haberte vuelto tan famoso?
No, no me quejo. Pero debo admitir que no estaba preparado para la persecución de los medios ni para esa clase de estupideces que te pasan cuando haces un hit muy grande. En general, la prensa no entiende que las alfombras rojas, los estrenos y las cenas multitudinarias me importan un carajo.

¿Esperabas que “Seven Nation Army” tuviera tanto éxito entre los DJs? Muchos cierran sus sets con esa canción.
Es algo que no deja de sorprenderme. Escuché muchos remixes de “Seven Nation Army” hechos por algunos piratas que nos roban sin vergüenza, pero las versiones electrónicas de mis temas no me interesan para nada. Cuando la escribí me gustaba su costado tribal, estaba pensada para que la gente chasqueara los dedos dentro del auto. ¡Pero nunca nos imaginamos que alguien pudiera bailarla! Para mí, la música bailable murió en los setenta. Desde que se volvió sintética y perdió su alma en los meandros de las computadoras no me atrae para nada.


En pocos años te convertiste en un “chico póster”. ¿Tenías fotos de tus ídolos en tu cuarto?

Es la revancha por todos esos años en los que me decían que era feo… (risas). Nunca tuve pósters, eso era cosa de mis hermanos, que los pegaban en sus cuartos y en el altillo de casa: fotos de Pete Townsend, Jimmy Page, Ritchie Blackmoore… A fines de los ochenta, cuando tuve la edad para comprar pósters de estrellas de rock, ya habían pasado de moda: solo existían afiches de Madonna. Así que me quedé con los de mis hermanos.
¿Te reconoces cuando ves fotos tuyas de esa época?
No, cambié por lo menos treinta veces. Estoy tan lejos de ese niño que era… El otro día, con mis hermanos estuvimos mirando fotos viejas de la familia y todo nos parecía irreal. No me acordaba de que el barrio era tan lamentable, la casa tan chica, el vecindario tan pobre…
Se dice que cuidas mucho tu dinero. ¿Eso puede estar relacionado con tu pasado no tan relajado en lo económico?
Es que no teníamos opción: éramos diez hermanos y había que ajustarse en todo, y en mi casa me enseñaron a valorar el dinero. La mayoría de los grupos de rock vienen de ambientes más cómodos y no les importa tirar la plata por la ventana. Yo no puedo. The White Stripes se va de gira con un equipo reducido, y sé perfectamente el dinero que merece cada uno, incluido los grupos teloneros. Haber sido tan pobre me enseñó a ser precavido, es cierto, pero también me convirtió en alguien generoso. De todas formas, muchas veces no sé qué hacer con tanto dinero porque nunca fui materialista: la escasez me impidió soñar con autos lujosos y casas enormes… Ni siquiera me compré guitarras cuando me volví rico, todavía toco con las únicas dos que tuve siempre. Fui muy pobre y ahora soy muy rico, pero no soy ni más ni menos feliz que antes. Además, no quiero malacostumbrarme porque algún día me puedo volver a quedar sin nada. Lo único bueno de tener plata es que te da libertad. Ahora nadie me dice lo que tengo que hacer.

¿Qué más aprendiste en ese barrio?
A caminar con la frente bien alta, incluso cuando todo el mundo te rechaza. En mi colegio a nadie le gustaba el rock ‘n’ roll y se burlaban de mí porque no escuchaba hip hop ni usaba ropa Adidas… Ese ambiente me enseñó a desarrollar una personalidad propia en un medio hostil y a estar orgulloso de mi mismo en las situaciones más humillantes. El único refugio que tenía eran mis discos, solo me interesaba la música.
¿Cómo vive el éxito tu familia?
Son felices, adoran la música tanto como yo. Hace poco pude cumplir el sueño de mi hermano mayor, que era conocer a Jeff Beck, uno de sus ídolos: terminaron tocando juntos durante toda una noche. Pero la realidad es que cuando era chico, ellos nunca me ayudaron en nada. Es más, hicieron todo lo posible para desalentarme. Cuando le suplicaba a mi hermano mayor que me enseñara a tocar la guitarra, me mandaba a cagar: “A mí nadie me enseñó, arreglatelas solo…”. Y no solo nunca tuve el menor apoyo sino que cuando me regalaban algo me hacían sentir culpable diciendome el precio que había costado y los sacrificios que habían hecho para comprarlo. El problema es que me generaron tantos complejos que incluso hoy en día, cuando me regalan algo o me elogian demasiado, me siento culpable enseguida. Mi mayor conflicto es que no sé recibir. Como corresponde a todo monstruo… (risas).




Canciones que conoces pero que quizás no sepas de quienes son


Hoy es miércoles y hace más calor que la cresta, pero para capear un poco esta ola de calor que nos tiene a casi todos aturdidos (En Santiago por lo menos) es que he decidió recopilar 12 canciones, con el único fin de serles de ayuda a todos aquellas personas que han escuchado una canción pero no saben de quién carajo es o cómo se llama. Hay desde clásicos insertados en el inconsciente colectivo, hasta rolas mucho más fugaces pero que de todas maneras, se nos han quedado pegadas en nuestras frágiles mentes adictas a las precisas canciones de baladas y Pop en general. Casi todo es muy viejo, así que no esperen encontrar algún tema más Indie o nuevo, quizás algún día pero hoy no. Este es un servicio de utilidad pública con el único fin de serles de ayuda, si ya conocen las canciones no se pongan graves y comiencen a criticar.




Harry NilssonEverybody’s Talkin’
Muchos quizás conozcan esta canción gracias al comercial de Ambrosoli, ese del Oso que llega cansado a su hogar pero que lo recibe su hijo (o hija). Bueno, la verdad es que esta canción es un cover de Freid Neil, un cantante de Folk que tuvo igual éxito con esta canción pero que en las manos de Harry Nilsson unos años más tarde se haría ultra conocida.








Jim CroceTime in a Bottle
Esta canción la estuve buscando por mucho tiempo y ayer, gracias a X-Men Days of Future Past, la pude encontrar pues aparece de fondo, en la escena que Quicksilver a una alta velocidad, desvía las balas que iban contra Magneto y Charles Xavier. Más allá de eso, el tema es de Jim Croce, quién hizo debutar la canción por allá por el año 1973.








Dean MartinEverybody Loves Somebody
Dean Martin es más conocido ahora por sus películas y carrera como cómico que por sus canciones, pues era una parte del archi conocido Rat Pack junto a Frank Sinatra, Sammy Davis Jr, entre otros  pero en su tiempo fue un destacado cantante que, con su versión de Everybody Loves Somebody, logró mucha más fama de la que ya tenía.








Howlin’ WolfSmokestack Lightning
Howlin’ Wolf es uno de los clásicos indiscutidos del Blues. Tiene tremendos discos e hizo historia por su imponente figura y su voz grave y poderosa, pero acá en Chile no se le conoce mucho más que en exclusivos círculos musicales pero este músico tenía un sinfín canciones, como esta Smokestack Lightning que grabó a mediados de los 50.








Betty Everett The Shoop Shoop Song (It’s in His Kiss)
Betty Everett es una de las tantas cantantes de Soul que fueron despojadas de sus canciones y olvidadas, por re versiones más recientes de sus clásicos como es el caso de esta canción que hoy en día, es más conocida por la versión de Cher. Más allá de eso, The Shoop Shoop Song fue todo un suceso por allá por la primera parte de los 60.








Nat King ColeUnforgettable
Otra de esas canciones que quizás no sabían de quién era pero que conocían a la perfección, y no es que muchos hayan visto realmente Humanamente hablando conducido por Alfredo Lamadrid, pero todos teníamos noción de que la canción que salía ahí era de ese programa. Bueno, el tema es conocido igual, de Nat King Cole de los años 50, por si alguien todavía no sabía de quién era.








The Platters Only you
Otra de esas canciones ultra conocidas que es de nada más ni nada menos que The Platters, o de su versión original pues a estas alturas quién sabe cuántas versiones más de la banda habrán existido. The Platters tuvo muchas grandes canciones que asediaron en poco tiempo las listas a finales de los 50, y éste Only You es una de las más conocidas.








Tito PuenteRan Kan Kan
Se puede decir que Tito Puente popularizó notablemente los ritmos latinos en el Mercado Estadounidense, siendo ya todo un icono en aquel país. Siempre se le veía con sus clásicos timbales interpretando alguna de sus enérgicas canciones, siendo este Ran Kan Kan una de las más conocidas de todo su gran repertorio de Real música pachangera.







Roberta FlackKilling me Softly
Otra cantante de Soul, que esta vez pudo mantener un poco más el trono de su gran hit pero que por estos lados no se la conoce mucho como cantante. Roberta Flack y su Killing me Softly apareció en el año 1973 y fue un bombazo instantáneo, llenando las listas de muchos países, transformándose e una de las canciones más recordadas de la década ¿La conoce? Puede que conozca la versión de Lauryn Hill.






Blood, Sweat & Tears - Spinning Wheel
Conocidos principalmente por su gran legado de Jazz Rock de finales de los 60 y porque eran más que Slipknot y Los Fabulosos Cadillacs juntos (exageración), Blood, Sweat & Tears es una de esas bandas que merecen mucho más reconocimiento del que actualmente posee, más allá de eso tienen un gran puñado de discos y canciones tremendas como esta Spinning Wheel que tal vez, les suene un poco familiar.







Frankie ValliCan’t Take My Eyes Off You
Muchos recordarán esa escena en que Heath Ledger le cantaba en la galería a Julia Stiles esta canción en 10 Things I Hate About You, que por lo demás, es de esos temas ilustres que muchos conocen pero no saben de quién es. Bueno, la versión más conocida es la de Frankie Valli, el vocalista de The Four Seasons que cosechó gran éxito en 1967 con esta canción.





The Moody BluesNights in White Satin
Una de las bandas más importantes a la hora de entender el Rock Progresivo de los años 70 es The Moody Blues, un grupo que con cierto misticismo, logró dejar varios buenos álbumes como es el caso de Days of Future Passed, que contenía un tema llamado The Night, en el cual estaba este Nights in White Satin; un clásico desconocido para muchos.