Como en todo gran movimiento musical y cultural existen los líderes
indiscutidos que de una u otra manera alcanzaron mayor fama y éxito, ya sea por
sus incontables éxitos a lo largo de su carrera como por la innovación que
estos presentaron, tanto estilísticamente como en vivo. Pero hay ciertos grupos
y artistas que no necesariamente fueron los más conocidos, de por un u otro
motivo truncaron sus carreras e ciertos momentos, que no supieron aprovechar el
éxito, etc pero que de todas maneras, aportaron de la misma manera e incluso
más a la formación del movimiento. Estos son algunos de los tantos nombres que
pertenecieron a la segunda línea del
Rock & Roll en la década de los 50 pero que hasta el día de hoy son igual
de recordados que sus contemporáneos más conocidos. Esta es la historia de
cinco cantantes, cada uno con sus respectivos músicos que dieron cátedra histórica
de cómo ampliar las raíces musicales y sentar las bases de lo que
posteriormente evolucionaría a lo que hoy, como concepto común conocemos como
música Rock.
Quizás no sea el primero ni el último, ni el menos ni más
conocido artista de culto en la historia del Rock pero si queremos empezar con
figuras emblemáticas que ayudaron a forjar el sonido en tiempos de turbulencia
musical ese es el legendario Carl Perkins. Quizás la figura más humilde surgida
en estos tiempos, estaba condenado de una u otra manera a convertirse en una
gran estrella ya desde pequeño, componiendo canciones a muy temprana edad,
ganando un concurso de talentos, etc. pero no fue hasta el año 1955 cuando en
Sun Records junto al mítico productor Sam Phillips cuando estrenó su himno
generacional que cambió el curso de todas las cosas cuando su gran amigo Elvis
Presley al año siguiente lo regrabaría y le diera un dinamismo y una potencia
bastante notoria; hablo de Blue Suede Shoes. Esta grabación se transformó en la
primera producción de un artista de Sun Records en alcanzar un millón de copias
vendidas, todo un logro para aquel entonces. El mundo estaba cambiando y así lo
hacían notar jóvenes promesas como Carl Perkins que hacía delirar a todos con
sus grandes performances. Cuenta la leyenda que esta millonaria canción fue
escrita sobre un saco de papas por el propio Perkins cuando desesperado
intentaba escribir lo que sería finalmente su carta de triunfo. Lamentablemente
Todo se vió truncado en el año 1956 cuando sufrió un trágico accidente de auto,
en el cual iba con su hermano Jay Perkins y su manager, los cuales fallecieron instantáneamente.
Carl que alcanzó a sobrevivir estuvo fuera de la música todo un año viendo como
su amigo Elvis Presley popularizaba con el triple de éxito su clásico Blue
Suede Shoes. Perkins nunca volvió a tener un gran éxito debido a este
accidente, lo que le traumo por el resto de su vida, a pesar de ser una gran
influencia para posteriores artistas como The Beatles, Perkins solo fue capaz
de percibir como la sombra de lo que fue algún día terminó por consumirlo
lanzando álbumes y canciones que más que contener novedades, mostraban un
intento de resucitar antiguas glorias, claro que tuvo grandes repuntes debido
más que nada a su figura de culto del Rockabilly, renacido por bandas como
Stray Cats.
Sí Perkins fue una gran influencia en la música, Bo Diddley
lo fue todavía más. Fue el primer afoamericano en aparecer en el programa de Ed
Sullivan, cosa que en su momento fue muy repudiada incluso por el mismo debido
a comentarios poco generosos por parte del experimentado animador. La
importancia de Bo Diddley radica en tres aspectos en especifico según mi propia
apreciación de la música y van ligados más que nada a la formación como un
genero propio del Rock. Quizás el más destacado de estos aspectos es la crudeza
con que tocaba la guitarra, con sonidos un tanto oscuros y directos acompañados
de su voz única daban a entender que el blues se tocaba desde el alma y el
corazón y si este es uno lleno de ira, las canciones debían reflejar esto, cosa
que le basto para ser tildado en aquellos tiempos como un músico mucho más real
y honesto, para nada humilde en el sentido de enmascarar sus canciones y su
aspecto como artista, y aquí está otro de los grandes puntos que le aportó al carácter
del Rock que hasta el día de hoy, directa o indirectamente se sigue utilizando:
el ego. Sus canciones se llamaban como él, lo nombraban a él, cantaba desde su
perspectiva y para él, algo no totalmente nuevo pero que junto a su música se percibió
como algo bastante chocante. Y por último esa especie de sicodelia que le
aportaba a su guitarra, cosa que ya en los años 60 se exploraría de todas las
maneras posibles por todo tipo de artistas. Lamentablemente la carrera de Bo
Diddley no estuvo a la altura de sus composiciones debido al escaso éxito que recibió
en la década de los 50, trayéndole una grave crisis económica que
afortunadamente pudo revertir después cuando en los años posteriores se le
reconoció como se merecía.
El llamado a la búsqueda de un nuevo Elvis Presley llegó en
el año 1956 cuando un joven Gene Vincent alcanzó la fama con uno de los temas
más recordados de la década. Be-bop-a-lula fue la carta de presentación de un
joven con sueños de oro y la ambición de sacar del camino a todo aquel que se
interpusiera en este, lanzando algunos singles bastante pegadizos y con
bastante aceptación en las listas y las radios de aquel entonces, con su estilo
más confrontacional y su típica vestimenta de cuero, Gene Vincent era el que mejor
representaba el legado de Salvaje de 1954 o Semilla de maldad de 1955 con su
clásica pose rebelde, sus pantalones apretados y la chaqueta de cuero, un arma
de doble filo en muchos sentidos ya que esto mismo fue lo que le sacó de
carrera apenas comenzaba a meterse en esta, pues sus canciones y su figura eran
consideradas demasiado rebeldes para las radios y la televisión, cosa que le
comenzaría a pesar en los meses siguiente. A pesar de sus intentos de
reinventarse haciendo su música un poco más dura, cosechando dos éxitos más, la
carrera de este artista se comenzó a ver truncada por una lesión en su pierna
que le impedía seguir totalmente activo en las giras, cosa que la prensa
aprovechó para decir todo tipo de cosas de su problema, desde que se
emborrachaba antes de cada show como que se auto medicaba para aguantar el
dolor. Todo esto estalló todavía más cuando iba en un taxi con su amigo Eddie
Cochran y su novia para organizar una gran gira pero que terminó en un grave
accidente de tránsito, quitándole la vida Eddie y dejando con grandes problemas
en la pierna a Gene. En la década siguiente la cosa no mejoro, a pesar de ser
citado muchas veces como una gran influencia por las bandas de aquel entonces,
sus discos ya no se vendían, y ya en 1971 perdiendo la vida con tan solo 36 años
debido a un problema de ulceras sangrantes.
Otra de las grandes promesas jóvenes que lamentablemente se
extinguiría a comienzos de su carrera era Eddie Cochran, uno de los músicos que
más aportaría a la concepción de los años sesenta musicalmente hablando. En 1955
junto a un amigo con su mismo apellido grabaron bajo el nombre de “The Cochran
Brothers” numerosas canciones de un estilo que variaba entre el country y el
rockabilly, canciones que no llamaron del todo la atención de la prensa
especializada pero que les hizo ganar una gran cantidad de fans que más tarde
lo seguirían en su carrera en solitario como un compositor más cercano al Rock,
mientras que los más fieles al Country seguirían a su compañero. En los
comienzos de su carrera solista grabó grandes canciones, tanto para películas como
para sus propios discos que tuvieron una fuerte repercusión en el ambiente más
undergound pero que no alcanzaron fama, aunque esto cambió ya en el año 1957
con Sittin in the Balcony, que fue un gran éxito y que se considera hasta el
día de hoy como la canción definitiva del Rockabilly de los años 50. Pero esto
no lo detendría ya que al año siguiente lanzaría Summertime Blues, su canción
más conocida e interpretada numerosas veces por todo tipo de bandas y músicos en
la historia. Su alcance fue tan potente que llegó a hablarse de la nueva gran
promesa del Rock, esa que llevaría la batuta en la década siguiente, teoría
fuertemente apoyada por un joven George Harrison que le seguía constantemente
en sus shows. Muchas más canciones publico pero en el año 1959 un gran golpe lo
dejaría con una profunda depresión cuando sus tres amigos Buddy Holly, Ritchie
Valens y The Big Bopper morirían en un trágico accidente de avioneta. Sin
muchas ganas de continuar su otro amigo Gene Vincent lo invitaría a una gira
con él en Inglaterra que trágicamente acabaría con la vida de Cochran en un
accidente de tránsito. Su legado se hizo eterno, en parte por sus grandes
canciones y su figura de eterno adolescente después de su muerte (murió con tan
solo 21 años) y por su aclamado álbum póstumo, uno de los más famosos álbumes publicados
después de la muerte de un músico.
Y por último, para nada menos importante, quizás el más
recordado de todos los músicos que nombre anteriormente (y uno de mis artistas
favoritos de los 50) es el gran Buddy Holly. Icono por excelencia del Rock, fue
uno de los grandes gestores y arquitectos de la música de esta década, con una
mezcla que iba desde canciones movidas a grandes baladas, siempre con ese límite
entre lo más romántico y trágico que existía en su música, todo un himno a
componer grandes canciones. Tuvo varios contratos a temprana edad, consiguiendo
poco éxito hasta que en el año 1957, publicó una canción llamada That’ll be the
day que acredito a The Crickets, su banda de acompañamiento para no tener
problemas con otra discográfica en la cual estaba involucrado con su nombre artístico
Buddy Holly, y que le llevó a interpretar al programa de Ed Sullivan junto su
banda, incluso llevándole a tocar otra de sus grandes canciones Peggy sue.
Junto a The Crickets publicaría muchos más éxitos como Everyday, Words of Love,
Rave on, etc. Aunque ya en el año 1958 comenzaría su carrera en solitario llevándolo
a ser una de las estrellas más grandes por aquel entonces, cosa que
misteriosamente no iba acompañado de su éxito monetario. Esto lo llevó en 1959 a
unirse a la gira Winter dance party junto a Ritchie Valens y el Disc Jockey The
Big Bopper, la cual terminó trágicamente después de un accidente de avioneta
que acabaría con la vida de estos tres. El accidente tuvo una repercusión pocas
veces vista de músicos en aquellos años, ya que numerosas estrellas de la
música y el espectáculo asistieron a los funerales en lo que es considerado
hasta el día de hoy como El día que murió la música. Los años dorados poco a
poco comenzaban a dejar entre restos de éxitos y tragedias, la base de lo que
sería más adelante la gran revolución cultural del siglo XX. Buddy Holly sin
duda fue una de las muertes más recordadas de la década y de las más
lamentables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario