lunes, 1 de septiembre de 2014

Especial 50's capítulo 1: De salvajes y rebeldes


No es de extrañarse que los años 50 fueron el impulso clave para que toda una generación, hasta el día de hoy, utilice diversos medios de escape frente a una sociedad que en muchos casos cuarta el potencial y la posibilidad de los jóvenes de desarrollarse según mejor les plazca, y no es que antes no pasara esto pero con el golpe de los rebeldes y el rock & roll, el fenómeno se hizo mundial y abarcó todo tipo de culturas. Las tendencias han ido cambiando, de generación en generación pero el ideal es el mismo, y aunque en muchos casos la rebeldía pueda ser más justificada, la importancia no radica en esto, incluso pasa a segundo plano por el solo hecho del contexto histórico, ya que en los años 50 no había una guerra presente como a finales de los 60 con Vietnam lo que hizo florecer hasta el día de hoy, de las mejores canciones de la cultura popular (solo refiriéndome a Estados Unidos) pero sí había todo un tema de los hijos de la segunda guerra mundial, nacidos en todo este ambiente destrucción, muchos perdieron familiares y al momento de enfrentarse a la paz, eran perseguidos por el solo hecho de no parecer normal, lo que conllevaba casi inmediatamente una denominación de comunista, el nuevo enemigo de América. Y sin parecer obsceno, de estas grandes crisis nacen los movimientos más recordados y afortunadamente para nosotros, la rebeldía se hacía necesaria y presente, desde el cine al teatro, la literatura y las artes, en especial en la música a cargo de unos cuantos afroamericanos herederos del blues más callejero y apasionado, y algunos blancos, hilos conductores a las masas de esta influencia. Así nacía el Rock & Roll (y muchas otras derivaciones, revivals y estilos nuevos que tenían como base el mismo sentimiento) que trágicamente acabaría unos años más tarde con un trágico accidente en 1959. Esta es una mirada en retrospectiva de la importancia de los años 50 y el nacimiento del Rock, un especial de esta década en cinco capítulos diarios que da inicio con este llamado De Salvajes y Rebeldes, ya se darán cuenta por qué.


El termino rock & roll se comenzó a utilizar muchos años antes de que en los 50 naciera como tal, desde finales de los años 30 con el disc jockey Alan Fred el cual ya le prestaba atención a todas las influencias de Rhythm and blues, Western, Blues, etc que tenían unas pequeñas variaciones en sus interpretaciones, muchas veces haciéndolas más rápidas o sonando más ruidosas, pero no explotó hasta el año 54 como tal (sin contar lo que aportaba Muddy Waters años anteriores a la concepción del genero) con el ya clásico hit bailable de Bill Halley and his Comets, Rock Around the Clock. Esta no es precisamente la canción que lo comenzó todo pero fue un punto en el cual este tipo de música podía alcanzar ya niveles grandes de éxito, lo cual se comprobó al año siguiente.
Pero más allá de la música, de las influencias, de la pre concepción de este género musical, del camino que se pavimento durante muchos años directa e indirectamente, hay algunas referencias que alcanzaron el estrellato un poco antes, dos obras en particular que llegaron al cine e hicieron una radiografía perfecta del momento que se estaba gestando a partir de susurros y poses. La primera llegó en el año 1953 y la siguiente en el 1955; The Wild One y Rebel Without a Cause. Dos estrellas que llegaron a la cima precisamente en estos años, de los primeros sex symbols juveniles, un destape al erotismo, una mirada al potencial de los jóvenes descontentos, la reinvención del cine en sí mismo, la diversificación de la cultura popular.

The Wild One o Salvaje llega a las pantallas de la mano del director László Benedek, el cual venía predecedido de su gran éxito con Death of a Salesman, la cual le valió un Globo de Oro en la categoría mejor dirección, punto aparte es la actuación de un joven Marlon Brando que ya venía dando que hablar, tanto por su incursión en el teatro y el Actor’s Studio pero esencialmente por ser el encargado de dar vida a Stanley Kowalski en la adaptación cinematográfica de 1951 de A Streetcar Named Desire o Un Tranvía llamado deseo, la cual fue un gran éxito introduciendo así a los mejores años del icónico actor. Uno de los momentos más recordados es cuando Stanley está empapado gritando “Hey Stella!” mientras esta sale al balcón y termina por besarlo y perdonarlo. Luego de transformarse instantáneamente en uno de los actores más cotizados y venerados, por este símbolo de masculinidad un tanto sensible y violenta, como era descrito por aquellos años el carácter que le puso al personaje, y luego por dos actuaciones más que recordadas en ¡Viva Zapata! De 1952 y Julio Cesar de 1953, llegaría el turno de The Wild One, un retrato estereotipado de los últimos años de estas pandillas motoqueras, que nos presentaban una especie de rebeldía que terminaría por volverse muy popular por aquellos años. Las chaquetas de cuero, las motos, los jeans, el deseo de generar caos por el simple hecho de hacerlo, mostrando un descontento, más que intelectual y social, de carácter generacional, los hijos de la guerra, los buenos tiempos que no eran más que una especie de boom por el ascenso de la que terminaría por convertirse en la máxima potencia mundial, todo esto quedaba al descubierto en cintas como esta que más allá de su historia, genero un revuelo popular muy grande (Marlon Brando se convertiría en uno de los actores más queridos en este tiempo luego con su galardonada participación en On the Waterfront o La ley del silencio, la que mostraba la precaria condición social de los trabajadores que no tenían ni voz ni voto real) por el hecho de reflejar tan bien el aire que se comenzaba a respirar por aquellos años. 1953 el primer golpe a la cultura popular de una rebeldía que alcanzaría límites insospechados de popularidad un poco más adelanto.


En 1955 llegaría el turno de Rebel Without a Cause o Rebelde sin causa,  la cinta que catapultó al estrellato inmediato de la figura más sobresaliente de la cultura popular en esta década (junto a Elvis Presley y Marilyn Monroe). James Dean había trabajado con Elia Kazan para la película Al este del Edén de 1954 (Kazan fue el que dirigió el debut de Marlon Brando en Un Tranvía llamado deseo) y con esta consiguió un gran éxito moderado, lo cual le permitió abrirse camino rápidamente y ser incluido en dos producciones más para el año siguiente: Rebel Without a Cause y Giant. En la primera nos transportamos a otro hito generacional, al encontrarnos con un personaje rebelde y atormentado por el estilo de vida, la falta de comprensión, el entorno pero que por nada del mundo baja la guardia y se mantiene siempre de pie al rivalizar con todo tipo de personas de su misma edad, estas pandillas que hacían carreras de autos y esas cosas. Más allá de conocer el amor, de lograr encontrar gente que de verdad le importase, aquí nos sumergimos todavía más en el sentimiento de ser un antisocial sin futuro alguno, la falta de oportunidades y más, lo que se transformó la bandera de lucha de muchos jóvenes que se sintieron identificados con el personaje. Y muy buen título para resumir los años que vendrían con el Rock & Roll y el destape general que llegaría ese mismo año con un joven veinteañero de Misisipi que revolucionaría la música y el entretenimiento, pues los adultos en general no entendían de que se trataba toda esta parafernalia poco moral, tildando a cada ser que siguiese estos pasos como un Rebelde sin causa, cosa que hasta el día de hoy se mantiene de algún modo u otro. James Dean se transformaría en otro ícono este año, ya que más allá de ser un tremendo actor, sus personajes y su vida en general lograron posesionarlo entre lo más subversivo e indisciplinado del momento, una persona con una pasión tremenda por aprovechar el día a día, sin límites ni nada, cosa que se emularía por el resto de los años y por qué no de las posteriores décadas, uno de los primeros reales rockstars pero con una filosofía con bastante sentido, para nada vacía. Fanático de las carreras de autos, un día luego de las grabaciones de Gigantes, este le encarga a su compañera de rodaje Elizabeth Taylor que le cuide su gato por cualquier cosa que pasara ya que se iría a competir en una de estas competiciones. De camino a su remolque personal en un cruce de una carretera un auto a gran velocidad lo impacta, terminando con su vida instantáneamente. El mundo se paralizó con este hecho, llegando a ser considerado hasta el día de hoy una de las tragedias más grandes de la cultura popular que llevaría a un joven James Dean a transformarse en un referente absoluto para sus contemporáneos y las próximas generaciones. El impacto es hasta el día de hoy muy grande, su leyenda crece con el paso de los años, una especie de juventud eterna que sigue retratando tan bien las aspiraciones y los sueños de juventud en todo el mundo.


El mundo vio como estas dos películas y estos dos actores influenciarían de manera directa e indirecta todo un movimiento musical y cultural que daría vida uno de los momentos históricos más grandes de la década, pues todo cambió o comenzaba a cambiar, las diversas perspectivas que aquí se originaron alcanzarían limites todavía más grandes en la década siguiente. Sin menospreciar para nada los otros hitos que en menor o mayor medida lograrían aportar su grano de arena al nacimiento del rock en sí, el alcance de Rebeldes y Salvajes es hasta hoy una de las representaciones más potentes del genero y el estilo de vida, el sentimiento original por así decirlo, un común denominador, el auge y la caída, los excesos, las tendencias, el mundo de los rechazados, la rebeldía como acción principal. Este es el primer capítulo de un total de 5 que cada día que se irán presentando en este blog, un especial de los años 50 y el Rock and Roll.








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