¿Es necesario seguir escarbando en las innumerables
posibilidades que ofreció la música Británica durante la década de los noventa
y que hoy, se nos presenta al mundo como Brit Pop? ¿Hay algo más que decir?
Pues la gran mayoría de las cosas se han dicho de un modo u otro, centrando
grandes columnas en la importancia de bandas como Oasis, Suede o Blur en la
labor de devolver la importancia de la cultura y visión musical del Reino Unido
al mundo, pues seamos claros sin todas esas bandas que desde finales de los 50
comenzaron a atacar desde el otro lado del Atlántico todo sería muy distinto,
pero como muchas veces ocurre, la historia nos dice dónde y cuándo nació algo
pero siempre suelen olvidar en qué estaba el mundo cuando nació ese algo, y no
hablo de la respuesta al Grunge Estadounidense precisamente que también se
consideraba en su tiempo que había nacido de la nada o como una respuesta a
algo, al contrario, todo es una respuesta y a la vez una evolución misma sobre
ciertas cosas y cuando no se puede llegar más allá con la búsqueda y
experimentación, solemos volver a las raíces y la nostalgia y no hay artista
que no haya pasado por eso. La música Británica vive buscando nuevos héroes,
inventando y sumándole una gran importancia a bandas que quizás no son tan
originales después de todo (aunque bajo la sombra de estas bandas siempre están
las mejores bandas) pero por allá por los años 80 muchos grupos mantuvieron el
fuego encendido de la originalidad, la actitud y por sobre todas las cosas la
grandilocuencia de las posibilidades de una banda de rock en éctasis y es que
el Brit pop no nació solamente de la influencia de grandes artistas como David
Bowie, Iggy Pop o Marc Bolan o del Punk y el post punk o mucho antes como The
Beatles o The Kinks, el Brit Pop fue quizás una consecuencia de pequeños
movimientos que llegaron al límite de su imaginario y de sus relaciones
personales, dejando una huella imborrable durante los 80 que hoy en día pasan a
ser parte del catalogo de bandas de cultos para entendidos y ultra fanáticos,
pues hoy en día y nunca más existieron grupos como ellos. Hoy damos comienzo a
este especial Brit Pop o Brit Rock, haciendo hincapié a lo que pasó en los
noventa con la música y el rock Británico, comenzando con 7 bandas para
entender el Brit pop antes del Brit pop, sin contar los ya mencionados Bowie o
punk y The KInks, etc.
New Order
El fénix eterno de cómo mantener un legado tan complicado y
complejo de una manera tan brillante y excitante sin alterar ni desactualizar el legado mismo de la
historia, eso me quedó claro en el concierto que Peter Hook brindó hace algunos
días en Chile y que en menor medida quizás lo que hace New Order actualmente.
Después de la muerte de Ian Curtis nació una banda a la que pocos le tenían fe
quizás, entre ellos los miembros restantes de Joy Division que pasaron a ser
New Order agregando a Gillian Gilbert, sus familias, amigos, uno que otro fans
y por supuesto a Tony Wilson y la gente de Factory Records que los apoyó en durante
gran parte de su carrera pues seguir bajo otro nombre fue lo más valiente y
arriesgado que una banda como New Order pudo haber hecho de las cenizas de Joy
Division. En un principio les costó sacarse la chapa e influencia de su
anterior banda pero todo era un proceso, pues a pesar de que Movement y Power, Corruption
& Lies fueron excelentes discos todo recién vino a estallar cuando
comenzaron a sacar singles tan eternos como Blue Monday o Temptation y en mayor
medida con dos grandes discos que cambiaron el curso de casi todo, Low Life y
Brotherhood. Todo fue parte de una de las mejores y más medidas mutaciones de
la historia, con elementos electrónicos de sintetizadores y demás y una fuerte
carga provocativa en el aspecto sexual les hizo hacerse con el mundo o con gran
parte de él, conquistando nuevamente una fanaticada fiel y el éxito obviamente.
New Order seguiría mutando hasta que en el 93 todo llegaría a su fin por unos
años, manteniéndose ajenos a todo el fenómeno Brit Pop, aun así New Order y
quizás en mayor medida Joy Division hoy disfrutan de un culto gigantesco y un
respeto atronador siendo considerados de los grandes impulsores que tuvo la
música Británica desde Manchester en el mundo por allá por los 80.
The Jesus & Mary Chain
Después de la irrupción de la música sintetizada, el New
Wave y de manera más clandestina quizás del Post Punk (Todas bandas que solían
compartir escenarios) hubo un periodo en que las cosas se comenzaban a ir un poco de las manos, expirando el sello
de importancia de varias de estas bandas Británicas a través de la siempre sensacionalista
prensa Inglesa que rige lo que está de moda y lo que no, y eso lo arregló The
Smiths siendo la banda Indie más grande
de la historia hasta la fecha, pero un nuevo puñado de grupos brotó
desde distintos rincones del Reino, una de esas era The Jesus & Mary Chain,
con toda una carga potente de un Rock alternativo que iba desde el extremo ruido
a la calma absoluta, manteniendo bases entre el punk y el pop que asemejaban
algo totalmente bizarro y a la vez inspirador. A todo ese movimiento se le
llamó Shoegaze, debido a que estas bandas no mantenían un contacto directo con
el público, mirando muchas veces hacía cualquier lado como hacía el suelo (Shoe
– Zapato) pero en el lado musical todos estos experimentos sonoros entre melodías
y efectos ruidosos, estos Escoceces se alzaron con discos tan memorables como
Psychocandy o Darklands, ambos muy distintos pero que formarían parte del mismo
legado que la banda siguió explotando con mayor y a la vez menor éxito en los
años 90.
Happy Mondays
Si hablamos de quién ponía el carrete, el nombre más
llamativo que se nos viene a la mente es el de los siempre encendidos Happy
Mondays. De una típica noche de batallas de bandas en el club la Hacienda de
Tony Wilson, la banda floreció como uno de los números más refrescantes y
atractivos del Reino. Mientras que New Order se mantenía en la cúspide de su
carrera, The Smiths llegaba a su fin y el Shoegaze tomaba terreno, Happy
Mondays se hacía con los carretes nocturnos gracias a sus dos primeros discos
que cmenzaron poco a poco una revolución musical e el underground, entre drogas,
bailes, sudor, etc, la banda liderada por Shaun Ryder iba tomando protagonismo
entre una cultura que poco a poco comenzaba a zafarse de los éxitos hogareños
de Phil Collins y el recuerdo de que todo pasado fue mejor; la juventud
necesitaba nuevos héroes, o más bien anti héroes y Happy Mondays (junto a The
Stone Roses) se hizo merecedor del título cuando su tercer disco Pills ‘n’
Thrills explotó con himnos como Step On, Kinky Afro o Loose Fit, sumergiendo a
una audiencia cada vez más motivada con sus tremendas presentaciones en vivo en
donde la banda junto a Bez, un bailarín que ponía el hueveo arriba y Rowetta
Satchell que aportaba en los coros, hicieron de todo un ícono nocturno a la
banda. Todo se desmoronaría luego del ascenso para caer de manera rápida y
abrupta cuando las drogas se apoderaron de todo y el no poder mantener monetariamente
una banda por decirlo menos, particular, les jugara en contra.
The Smiths
Quizás la banda de culto más grande en la historia de la
música sea The Smiths. De eso no hay duda alguna y si la hay, es cosa de poner
The Queen is Dead para dejar las cosas en orden, y es que el memorable sueño
romántico, un tanto ácido, apático y tragicómico de crear una banda que hablara
sobre temas clichés de manera única y emotivamente maestra, se paseara por la
cultura pop y devolviera nuevamente la importancia de las guitarras de una
manera que parecía olvidada tuvo su punto de partida cuando en el show Top of
the Pops en el que no aparecían necesariamente referentes demasiado auténticos,
una joven banda impulsada por un joven Morrissey hiciera su aparición mostrándole
al mundo de qué manera hay que hacer (o no hacer) playback y es que la
irreverencia y provocación de Mozz junto a una base rítmica digna de resucitar
a los muertos y la elegancia esquizofrénica de un desconocido guitarrista
llamado Johnny Marr dejaron una huella imborrable en todos los músicos que
vieron eso y más adelante hiciera una banda, pues tanto sus contemporáneos como
la prensa y la gente hambrienta de verdad vieron en The Smiths el potencial de
una banda de verdad y eso fueran, una banda de verdad que antes de comenzar a
parecer falsa se desintegra. Los años dorados suelos ser más dorados cuando son
fugaces, todo pasó tan deprisa que a veces se nos olvida que por cada año de
vida lanzaron un disco para quedar en la historia, entre muchos otros singles
que pasaron a ser testamento de lo que el Reino Unido vivía, respiraba, soñaba
y lamentaba, y es que las sombras son tan grandes por allá que a la única luz
que pueden optar es a una basada en una oscuridad mucho más profunda que la
otra, o pregúntenle a los Johnny Rotten. The Smiths es y será la banda más
autentica que nos ha dado UK, y a todos nos gustan las teleseries, Morrissey es
experto en hacer las teleseries más directas, complejas y a la vez
esperanzadoras sobre el amor, la muerte, el rencor y la falta de comprensión.
The Stone Roses
Fuerte sonó el nombre de los Stone Roses desde su separación
hasta estos días en que han anunciado una reunión que a las finales parece ser
más ruido que nueces y es que los fans y la prensa estaban de algún modo
felices y tristes con la notica, pues al mismo tiempo que añoraban con ver a su
banda favorita señalaban que el misticismo que el grupo venía acarreando desde
los noventa se perdería definitivamente cuando las cosas no funcionaran y es
que las cosas nunca funcionaron del todo incluso cuando estaban juntos, siendo
Ian Brown un problema para John Squire y viceversa, con un Mani que con la
mejor de las intenciones intento llevar a flote a la banda y Reni que se canso
y los mandó a la cresta. ¡Qué Guns and Roses! Los Stone Roses sí que fueron una
banda complicada y problemática, pero que de todo eso lanz aron uno de los
discos más emblemáticos del Reino es un hecho. Su gracia estaba en sus ritmos
entre bailables, beatlescos, rockeros, con ciertos beats y guiños a una
variedad impresionante de música que quedó reflejada en temas tan insuperables
como Waterfall o She Bangs the Drum, siendo I Wanna Be Adored o I am the
resurrection joyas que jamás pasan de moda, y es que tanto sus contemporáneos e
hijos mismos de su legado inmediato como los hermanos Gallagher han alabado la
importancia de la banda para el desarrollo y la “salvación” de la música
británica y es que los problemáticos hermanos estos les chupan hasta el último
del dedo del pie a los liderados por Brown, así de cuatico.
My Bloody Valentine
Otra de las bandas insignes en toda esa movida Shoegaze que
muchos de los músicos que recién aparecían en escena atacaron y amaron por
igual fueron los inigualables My Bloody Valentine, y la cagó pero todas estas
bandas son tan de culto que pareciera que estaban sin mayor variedad de grupos
para escoger y sí, por un lado no había quizás tanta variedad como cuando el
Brit Pop apareció y uno levantaba una piedra y salían diez Oasis o Blur, pero
es que todas estas agrupaciones fueron tan importantes que si ellas a estas
alturas estaríamos escuchando quizás qué cosa. My Bloody Valentine lanzó en el
año 1991 luego de discos independientes de éxito moderado pero religioso su
gran obra maestra, el lleno de efectos, ruidos, guitarras, ambientes, suavidad
vocal e imaginario rojizo Loveless que les llevó a los impulsados por Kevin
Shields a disfrutar de un status de superioridad impresionante, pasando de ser
los piolitas buena onda a ser el sonido de una generación que comenzaba a ver
materializado el ascenso de muchas propuestas sin cabida durante la década pasada
bajo el nombre de Rock alternativo y todo eso encantó pero los Irlandeses no
podrían lidiar demasiado tiempo más anunciando su separación en el año 1997.
Siouxsie & the Banshees
Junto a The Cure y Joy Division, Siouxsie & the Banshees
es la banda más importante y relevante de toda esa oscuridad post apocalíptica llamada
ingeniosamente post-punk, siendo Siouxsie Sioux todo un ícono de la cultura
underground y no tan under del Reino Unido, pues a pesar de pertenecer en un
comienzo a la “famila” del punk Inglés con bandas como Damned o los Pistols a
la cabeza, el grupo se fue abriendo paso por entre todo lo que aparecía en el camino,
desde el punk mismo, el pop, el new wave, etc. generando una cantidad de discos
y singles que a estas alturas son parte de la más gloriosa de las bibliotecas
musicales que puedan existir. Siouxsie Sioux se transformó en una de las
figuras provocativas con mayor influencia dentro del panorama musical a finales
de los 70 que ya a mediados de los 80 disfrutaba de un culto único de
seguidores, entre ellos el mismísimo Morrissey, el cual más adelante como
solista grabaría un dueto junto a ella. La banda llegó a su fin por allá por el
96 o 97, y hasta el día de hoy es considerada referente absoluto en la música,
dejando a entre ver en todo tipo de bandas y artistas como Massive Attack o PJ
Harvey su gran influencia, pasando a ocupar lugar incluso en tierras
Norteamericanas en artistas como el fallecido Jeff Buckley que elogiaba siempre
que podía a la banda, interpretando en numerosas ocasiones canciones de esta, y
es que Siouxsie junto quizás a The Cure fueron en su tiempo de los
sobrevivientes con más camino recorrido de todas esas bandas nacidas luego del
Anarchy in the UK y todo eso.
The Cure
Robert Smith puede que sea otra de las figuras más
recordadas de las tantas que la música británica nos ha entregado durante su
historia, puede ser, obviamente lo es, pero lo que es y mucho más, uno de los
primeros seres musicales desconocidos con que la juventud en aprietos
existenciales se encuentra por allá por los 14 o 15 años, y es que a mí como a
muchos me tocó conocer a The Cure por allá por el 2003 dejando una huella y un
legado de canciones que hasta el día de hoy suelo disfrutar en mayor o menor
medida y ahí precisamente radica la primera de las importancias que tiene la
banda, pues son un acercamiento a un mundo casi imaginario y aislado creado de
una atmosfera “Darkss” que a veces parece infantil pero que esconde más que simples
guiños a fantasmas y mientras ocurre todo esto, nos encontramos con una historia
que trasciende desde discos como el Boys Don’t Cry, el Pornography, llegando a
obras monumentales como el Kiss me, kiss me, kiss me o mi favorito, el siempre
eterno Disintegration, toda una hazaña para una banda que hasta el día de hoy y
con los años sigue llenando estadios y encontrando nuevos fanáticos en los más
pequeños y rencontrando infancia y adolescencia en los más viejos.
Joy Division
Hay que dejar en claro que a pesar de que New Order y Joy
Division por los siglos de los siglos vayan de la mano a todas partes, ambos
son dos bandas que pueden llegar muy distintas, a pesar de que Bernard Sumner
dijera que si Ian Curtis siguiera vivo la banda hubiera tomado el mismo camino
pues el que llevó las primeras influencias electrónicas con discos de Kraftwerk
fue el mismísimo Ian, y suena lógico y todo pero uno de los elementos que
perdió en cierta medida New Order fue esa oscuridad tan típica de Joy Division.
Sí, Low Life es oscuro en cierta forma quizás en los temas morales que toca
pero la atmosfera bizarra y criptica de canciones como Shadowplay o Candidate e
Insight es algo que siempre quedará en la memoria de los fans más fieles de la
banda madre que nunca se acostumbraron mucho al nuevo orden. Más allá de eso el
legado de Joy Division hasta la fecha es sorprendente, como desde U2 hasta The
Killers, pasando por Nine Inch Nails y John Frusciante se profesan como seguidores
histéricos de la banda y es obvio, la gran mayoría de personas deberían serlo.
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