Sí existe algo más impropio de la música, son los ranking.
Desvirtúan por completo el mensaje, la transmisión, la experiencia y el
recuerdo de todas esas miles de personas que dan probadas muy variadas a todo
tipo de discos y canciones de un sinfín de bandas; aparte de que muchas veces
el marketing es el único competidor posible. Pero como seres humanos, nos
encanta ver competir y aunque parezca una condición de capitalismo absoluto, no
puedo negar que, en mi interior tengo ciertas cosas que prefiero de otras.
Discriminar gustos entre nosotros mismos, en especial en materias artísticas,
es pan de cada día. Por eso quiero dejar a continuación, una lista poco
minuciosa y preparada de las canciones que más disfruto de una de mis bandas
predilectas de toda la vida, The White Stripes. Nada de jerarquía, solo 10
temas elegidos principalmente por mi inconsciente, para mostrarlos al mundo,
desde mi rincón y mi perspectiva, sin jerarquías ni nada de eso.
Passive Manipulation
La mejor razón de por qué Meg White es la contracara idónea
para un hiperquinetico Jack White en The White Stripes. Pura simpleza, puro
carisma, pura delicadeza, y sobre todo ese algo pegajoso que te engancha a los
primeros 05 segundos de los 35 que dura. A pesar de que Jack sea el cerebro y
los pies, y las manos y casi todos los órganos del cuerpo en la banda, Meg es y
siempre será el corazón.
Little Bird
De ese extraño segundo disco, en el que demostraron que la
ambición se les quedaba chica, sale este tema que fue amor a primera vista.
Tiene ese típico cambio sacado de Jimmy Page, a mitad de la canción, que vuelve
a pegar fuerte con un riff que se mantiene durante la gran parte del tema y
blah, lo más notable es la voz de Jack, muy serio, nada de esos típicos gritos
chillones.
Little Ghost
Vamos de pueblo en pueblo, tocando esta canción en todas las
paradas, con un gorrito en el suelo para que la gente lance monedas. Esto como
base, más una de las canciones más felices de la banda a mi parecer, puede
convertirse en buenas manos, en un gran documental. Un terrible documental pues
la canción tiene ese algo que te hace cantar con todo el mundo, desde tus
abuelos junto a la chimenea, hasta en el bar con tus amigotes.
I'm Slowly Turning into you
Sí hay un disco de la banda en el que se nota más la
influencia de Zeppelin es en el último; no todos los temas, claro está, pero
muchos, en particular este que lo tiene todo, desde ese encaje impropio con la
voz, la percusión fuerte y animal y esos jueguitos con el órgano, pasando por
un fuerte riff a la Page, incluso un coro en el que Jack da todo de sí para
llegar a un tono de voz bastante similar al de Robert Plant, pero Plant es otra
cosa y Jack lo sabe, pero esa es la idea de los White Stripes, tomar cosas
viejas, darle unos giros, adecuarlas y grabarlas, al igual que como lo hacía
Led Zeppelin. Ahora que escucho este tema pienso que perfectamente podría estar
en House of the holy, o mejor dicho en Physical graffiti.
Icky Thumb
Hit de hits, otro tema que le debe el alma a Zeppelin pero
no tanto como el anterior. Cuando escuché esta canción me llamó la atención la
letra, con esos guiños a México y a su cultura, a la Robert Rodriguéz pero
sobre todo ese quiebre que hace la guitarra después de la primera estrofa y que
se repetiría algunas veces más adelante. Me encantó y hasta el día de hoy es
una de esas canciones que escucho sí o sí, sin aburrirme. Punto aparte el video
que fue uno de los primeros que vi (sí, llegué al mambo casi al final de su
existencia)
Ball and Biscuit
Recuerdo cuando lo escuché de una grabación de un concierto
de Bob Dylan y me dije a mí mismo “este es el tema”. Largo, repetitivo, explosivo,
blusero y sobre todo aquí, el dúo raya la papa. Una de esas fantasías sonoras
que les hacía falta y hasta el día de hoy considero que si no es el mejor tema
de la banda, simplemente es porque lo hemos escuchado muchas veces y lo dejamos
descansar, pero recuerda que siempre estará ahí, como la corona del Elephant.
Hotel Yorba
Aaaaw mi primer amor. Cuando lo escuché, instantáneamente
moví mi pie de manera lenta pero con onda, como en el video. Una oda a la
simpleza que dio justo en el clavo en un tiempo de sobrexplotación pop. Allí
sus pares comenzaban a darle una vuelta de tuercas a la industria de la música
en general, con ese rock de garaje (muchas veces envasado) pero que tenía
grandes exponentes. Los más auténticos, y a la vez los menos, Los White Stripes
solo seguían su instinto.
In the Cold, Cold Night
Otro de Meg, tal vez el más conocido entre la fanaticada.
Pura simpleza, un poco más largo que Passive manipulation, aquí todo el
protagonismo queda en ella. Una carnada bastante atractiva para las constantes
criticas recibidas por la vieja guardia que a estas alturas se estaba quedando
sin pan ni pedazo. El mundo fue una revolución durante los primeros años del
nuevo milenio, y las disputas se hacían presente entre el decaimiento de una
poderosa fuerza discográfica y el ruido que ya generaba internet. ¿Democracia
artística? Muchos músicos se vieron desenmascarados cuando la gente normal
comenzó a tomar una guitarra e intentarlo, he aquí Meg White, lejos de todos y
de todo, cantando.
Fell in Love with a Girl
Recuerdo que la primera vez que la escuche, me llamó mucho
la atención ese potente riff del principio y que al primer sonido de la
batería, se escuche todavía más fuete y salvaje. Punk en estado puro, mal
grabado, cantado como si todo ocurriera en ese preciso momento, hoy en día me
sigue maravillando. Quizás lo más garaje, lo más hard rock, lo más punk, da lo
mismo, lo importante es que si quiere escuchar una canción que supera los
niveles de todo, hasta el punto de casi colapsar, solo pongan el track 04 de
White blood cells, el disco con más cojones y pelotas y útero de lo que va de
este siglo.
White Moon
Puede que haya sido el punto culmine del final de la banda
que todos nosotros pudimos apreciar, más allá de que todo lo que haya ocurrido
puertas adentro, seamos realistas; a todo fanático que TWS que se haya
encariñado con ellos, el final del documental Under great White northern lights
nos rompió el corazón. Ver a Meg White sentada junto a Jack llorando, mientras
este canta una fuerte y a la vez delicada versión de White moon, fue quizás una
crónica de una muerte anunciada. Menos mal que él al final se decide a
abrazarla o créanme que todos lo hubiésemos odiado para siempre (risas).
Podríamos hablar de esto y mucho más pero solo véanlo, más allá de lo que uno
pueda pensar, es mejor siempre quedarse con la música y el momento.
Screwdriver (Bonus track)
Si alguno de ustedes tuvo la oportunidad de ver en vivo a
The White Stripes tocando esta canción, siéntanse afortunados.
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