lunes, 18 de agosto de 2014

The White Stripes...À la carte


Sí existe algo más impropio de la música, son los ranking. Desvirtúan por completo el mensaje, la transmisión, la experiencia y el recuerdo de todas esas miles de personas que dan probadas muy variadas a todo tipo de discos y canciones de un sinfín de bandas; aparte de que muchas veces el marketing es el único competidor posible. Pero como seres humanos, nos encanta ver competir y aunque parezca una condición de capitalismo absoluto, no puedo negar que, en mi interior tengo ciertas cosas que prefiero de otras. Discriminar gustos entre nosotros mismos, en especial en materias artísticas, es pan de cada día. Por eso quiero dejar a continuación, una lista poco minuciosa y preparada de las canciones que más disfruto de una de mis bandas predilectas de toda la vida, The White Stripes. Nada de jerarquía, solo 10 temas elegidos principalmente por mi inconsciente, para mostrarlos al mundo, desde mi rincón y mi perspectiva, sin jerarquías ni nada de eso.


Passive Manipulation

La mejor razón de por qué Meg White es la contracara idónea para un hiperquinetico Jack White en The White Stripes. Pura simpleza, puro carisma, pura delicadeza, y sobre todo ese algo pegajoso que te engancha a los primeros 05 segundos de los 35 que dura. A pesar de que Jack sea el cerebro y los pies, y las manos y casi todos los órganos del cuerpo en la banda, Meg es y siempre será el corazón.










Little Bird

De ese extraño segundo disco, en el que demostraron que la ambición se les quedaba chica, sale este tema que fue amor a primera vista. Tiene ese típico cambio sacado de Jimmy Page, a mitad de la canción, que vuelve a pegar fuerte con un riff que se mantiene durante la gran parte del tema y blah, lo más notable es la voz de Jack, muy serio, nada de esos típicos gritos chillones.








Little Ghost

Vamos de pueblo en pueblo, tocando esta canción en todas las paradas, con un gorrito en el suelo para que la gente lance monedas. Esto como base, más una de las canciones más felices de la banda a mi parecer, puede convertirse en buenas manos, en un gran documental. Un terrible documental pues la canción tiene ese algo que te hace cantar con todo el mundo, desde tus abuelos junto a la chimenea, hasta en el bar con tus amigotes. 



I'm Slowly Turning into you

Sí hay un disco de la banda en el que se nota más la influencia de Zeppelin es en el último; no todos los temas, claro está, pero muchos, en particular este que lo tiene todo, desde ese encaje impropio con la voz, la percusión fuerte y animal y esos jueguitos con el órgano, pasando por un fuerte riff a la Page, incluso un coro en el que Jack da todo de sí para llegar a un tono de voz bastante similar al de Robert Plant, pero Plant es otra cosa y Jack lo sabe, pero esa es la idea de los White Stripes, tomar cosas viejas, darle unos giros, adecuarlas y grabarlas, al igual que como lo hacía Led Zeppelin. Ahora que escucho este tema pienso que perfectamente podría estar en House of the holy, o mejor dicho en Physical graffiti


Icky Thumb

Hit de hits, otro tema que le debe el alma a Zeppelin pero no tanto como el anterior. Cuando escuché esta canción me llamó la atención la letra, con esos guiños a México y a su cultura, a la Robert Rodriguéz pero sobre todo ese quiebre que hace la guitarra después de la primera estrofa y que se repetiría algunas veces más adelante. Me encantó y hasta el día de hoy es una de esas canciones que escucho sí o sí, sin aburrirme. Punto aparte el video que fue uno de los primeros que vi (sí, llegué al mambo casi al final de su existencia)






Ball and Biscuit

Recuerdo cuando lo escuché de una grabación de un concierto de Bob Dylan y me dije a mí mismo “este es el tema”. Largo, repetitivo, explosivo, blusero y sobre todo aquí, el dúo raya la papa. Una de esas fantasías sonoras que les hacía falta y hasta el día de hoy considero que si no es el mejor tema de la banda, simplemente es porque lo hemos escuchado muchas veces y lo dejamos descansar, pero recuerda que siempre estará ahí, como la corona del Elephant.



Hotel Yorba

Aaaaw mi primer amor. Cuando lo escuché, instantáneamente moví mi pie de manera lenta pero con onda, como en el video. Una oda a la simpleza que dio justo en el clavo en un tiempo de sobrexplotación pop. Allí sus pares comenzaban a darle una vuelta de tuercas a la industria de la música en general, con ese rock de garaje (muchas veces envasado) pero que tenía grandes exponentes. Los más auténticos, y a la vez los menos, Los White Stripes solo seguían su instinto. 



In the Cold, Cold Night

Otro de Meg, tal vez el más conocido entre la fanaticada. Pura simpleza, un poco más largo que Passive manipulation, aquí todo el protagonismo queda en ella. Una carnada bastante atractiva para las constantes criticas recibidas por la vieja guardia que a estas alturas se estaba quedando sin pan ni pedazo. El mundo fue una revolución durante los primeros años del nuevo milenio, y las disputas se hacían presente entre el decaimiento de una poderosa fuerza discográfica y el ruido que ya generaba internet. ¿Democracia artística? Muchos músicos se vieron desenmascarados cuando la gente normal comenzó a tomar una guitarra e intentarlo, he aquí Meg White, lejos de todos y de todo, cantando. 


Fell in Love with a Girl

Recuerdo que la primera vez que la escuche, me llamó mucho la atención ese potente riff del principio y que al primer sonido de la batería, se escuche todavía más fuete y salvaje. Punk en estado puro, mal grabado, cantado como si todo ocurriera en ese preciso momento, hoy en día me sigue maravillando. Quizás lo más garaje, lo más hard rock, lo más punk, da lo mismo, lo importante es que si quiere escuchar una canción que supera los niveles de todo, hasta el punto de casi colapsar, solo pongan el track 04 de White blood cells, el disco con más cojones y pelotas y útero de lo que va de este siglo.


White Moon

Puede que haya sido el punto culmine del final de la banda que todos nosotros pudimos apreciar, más allá de que todo lo que haya ocurrido puertas adentro, seamos realistas; a todo fanático que TWS que se haya encariñado con ellos, el final del documental Under great White northern lights nos rompió el corazón. Ver a Meg White sentada junto a Jack llorando, mientras este canta una fuerte y a la vez delicada versión de White moon, fue quizás una crónica de una muerte anunciada. Menos mal que él al final se decide a abrazarla o créanme que todos lo hubiésemos odiado para siempre (risas). Podríamos hablar de esto y mucho más pero solo véanlo, más allá de lo que uno pueda pensar, es mejor siempre quedarse con la música y el momento.


Screwdriver (Bonus track)

Si alguno de ustedes tuvo la oportunidad de ver en vivo a The White Stripes tocando esta canción, siéntanse afortunados. 











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