El "nuevo" disco de Anderson .Paak es una obra tan brillante como seductora, que perfectamente la catalogaría como lo mejor que ha salido este año. Parece un tanto exagerado, teniendo en cuenta la cantidad de buenos discos que han aparecido en estos meses, pero aun así, Malibu merece estar entre los puestos más altos. ¿Qué tan bueno es? Desde el año pasado que su nombre comenzó a sonar de manera más masiva, pues a pesar de ya contar con algunos lanzamientos, siendo Venice del 2014 uno de los más destacados, fueron sus colaboraciones en el álbum de Dr. Dre Compton, el pasaje a la expectación que causó su por aquel entonces, próximo registro. Finalmente apareció el 15 de enero del 2016 y rápidamente pasó a ser el blanco de todo tipo de palabras aclamadoras propinadas por la prensa. Y es que la sola estética musical dispuesta en este larga duración, da para aplaudir. A medio camino entre la modernidad y la nostalgia desplegada en géneros como el Soul, R&B, Funk y Rap, el Californiano repleta de momentos íntimos cálidamente naturalizados en un sin fin de canciones, con sabor a historia personal. Desde la niñez hasta los esbozos más perceptibles de su vida amorosa, lo que aparece en Malibu es una muestra de como lograr posicionar la vieja formula de hace ya cuarenta años, en los tiempos modernos, sin parecer Kitsch o algo así. De inmediato se me viene a la mente figuras como Marvin Gaye u Otis Redding al escuchar las historias que aquí, de manera lúcida, se cuentan desde el corazón y los sentimientos. Sí, suena cliché pero no encuentro mejores palabras para referirme a la importancia de los hechos. La frescura de cortes como Heart Don't Stand a Chance, la revuelta de Put Me Thru o los latidos eternos de Am I Wrong, cada una parte de un total de 16 tracks.
El disco de Malibu de Anderson .Paak parece haber nacido a medio camino entre la fama y la calidad artística. Lo segundo ya lo tiene más que ganado, lo primero no tanto pero no lo necesita.
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