La poco definida figura de Bob Dylan, ha sido una de las constantes metáforas en su carrera. El eterno viajero que se va adaptando a las circunstancias en todos los sentidos. La juventud y vejez, las raíces musicales Norteamericanas y Europeas, los pueblos fríos y cálidos, la sobria consciencia y el surrealismo; encarnaciones que van más allá de la propia persona tras la música e imagen, terminan por no poder definirlo, y a la vez despertar un culto tremendo alrededor de su persona, precisamente por aquellos que hasta el día de hoy siguen buscando maneras de definir su verdadera estirpe. No es lo mismo hablar del trovador que del ermitaño o del profeta y la estrella de rock. Hay tantos caminos por tomar, que se nos hace difícil escogerlos todos a la vez. Por algo es un artista de periodos, un músico repleto de alegorías a su verdadera especie, a través de alter egos que no hicieron otra cosa más que documentar su propio autodescubrimiento. Hace 50 años el mundo tuvo la suerte de conocer una de sus facetas más conocidas. No exenta de polémicas, el hombre flaco y pequeño, de cabello desordenado y gafas oscuras, vestido con pomposas sedas y botas manchadas lanzaba Highway 61 Revisited, un álbum que lo cambió todo y nada a la vez.
Si bien Robert Allen Zimmerman se había transformado en un icono del mundo revolucionario de izquierda con dos discos tan fundamentales como The Freewheelin' Bob Dylan (1963) y The Times They Are A-Changin´(1964), los cuales retrataban la realidad de aquel momento en himnos como A Hard Rain's A-Gonna Fall, Masters Of War, The Lonesome Death Of Hattie Carroll o la conocida Blowin' In The Wind, su deseo no era estancarse en un movimiento del cual no se sentía del todo parte. Lo hizo saber cuando recibió el Tom Paine Award de la izquierda ligada al movimiento protesta, expresando su molestia por la dominación que había de parte de esta misma para con los artistas y jóvenes en general. “No hay blanco y negro, izquierda y derecha, para mí. Sólo hay arriba y abajo, y abajo está muy cerca de la tierra. Y yo estoy tratando de subir sin pensar en nada trivial, como lo es la política”. Su lucidez fue parte de una borrachera extra, que le valió el reproche de muchos lideres políticos que presenciaron como Dylan se que burlaba de ellos. Sumado a esto, el álbum Another Side of Bob Dylan (1964) se alejó un poco de las líricas crudas y directas que evidenciaban injusticias y atacaban temas como la desigualdad o el racismo, conformando algo más poético y simple, un poco más ambiguo que desarrollaría con creces en su posterior trabajo.
Entrando el año 1965, Bob Dylan irrumpiría con uno de sus trabajos más polémicos hasta la fecha. La dualidad presente en Bringing It All Back Home despertó a la par molestia y admiración entre dos públicos tan diferentes por aquellos años. El mundo del Folk no tenía nada que ver con el del Rock o la música eléctrica en general, así que se hacía inconcebible para la camada más conservadora de este primer universo, el tener un lado enchufado y uno desenchufado. Claramente por esta razón el set acústico se vio mayormente impulsado por los puritanos de izquierda, a pesar de que en algún sentido era lo más alejado a las canciones protesta que había escrito unos años antes. Cuatro composiciones. Mr. Tambourine Man mostraba cierta delicadeza Folk que se veía un poco confusa por la críptica letra sin sentido que solo expresaba emociones a través de la constante petición del narrador, para que el hombre de la pandereta tocara su instrumento. Gates of Eden era todavía más onírica, un tanto misteriosa, como si se tratase de una balada de los tiempos más violentos del siglo XIX en el viejo oeste. It's Allright Ma (I'm Only Bleeding) era una canción inspirada en la secuencia de That's All Right de Elvis Presley, artista que siempre despertó admiración en Bob. Por último se encontraba It's All Over Now, Baby Blue, la más simple de todas que unos meses más tarde despertaría uno de los momentos definitorios de su carrera.
Por otro lado estaban las 7 primeras canciones del disco, entre las cuales se encontraba Subterranean Homesick Blues, una apresurada pieza primitiva que solo servía para que Dylan vociferara un montón de acertijos que no terminaban en nada concreto. La importancia está en el viaje y no necesariamente en el mensaje final. Hoy en día es considerada un emblema de la contracultura de los sesenta y la primera incursión musical de la poesía Beat en las canciones de Bob, además de ser citada como una de las piezas que inspiró el Rap. A pesar de todo, Bringing It All Back Home se transformó en un éxito de ventas, siendo uno de los discos más valorados de su carrera, tanto por su diversidad como por dar el puntapié inicial para lo que se vendría más adelante.
La densidad de opiniones en contra de un producto tan contrario a lo que, en aquel entonces era su estilo clásico, derivó en la lógica situación inversa a lo esperable para una estrella de su calidad. Todavía no era crucificado pero a Subterranean Homesick Blues lo habían apedreado con tal brutalidad, que en tan solo unos días se transformó en la canción más odiada de su carrera. Bajo ese motivo, las cosas comenzaban a salirse de control para las personas y la prensa que se proyectaba casi de manera profética en su persona, señalándole el camino que su música debería seguir. Pero Bob tenía otra cosa en mente y cambió radicalmente el panorama cuando entró al estudio a grabar su siguiente trabajo Highway 61 Revisited. Entre julio y agosto de 1965 se desató el gran pecado de su carrera; y el más exitoso.
Like A Rolling Stone, como señaló alguna vez Bruce Springsteen, comienza con un golpe en la caja que te abre la puerta de la mente de una patada. Puede que hoy sea solo una canción importante pero la realidad es mucho más fantástica que el solo hecho de escucharla. Nunca antes se había lanzado un single de tanta duración, que a pesar de contener un coro de aquellos que duran toda la vida, mostraba una tonelada de garabateadas estrofas dedicadas a una mujer de grandes riquezas, la cual perdió todo. La dualidad entre el antes y el ahora de su condición es sobre todo cruda e irónica, casi sin piedad con ese "How does it feel?" que conlleva un gran ataque a muchas figuras artísticas de la época, con clara ascendencia burguesa; clase de gente con la que Bob Dylan se codeaba en ese tiempo y con las cuales no tenía pudor a la hora de cantarles en la cara. Y es que por esos años, Bob dejó de lado sus juntas más cercanas al Folk, para usar un look cercano al Rock. Gafas oscuras, camisas, trajes de cuero, botas, un cabello desordenado: una antítesis del artista que había interpretado demasiadas veces junto a Joan Báez el himno Blowin' In the Wind.
A pesar de que la canción continuaba con ese camino eléctrico poco admirado, Like A Rolling Stone pasó a ocupar de inmediato las altas listas, siendo quizás uno de los temas más destacados de la década, tanto por su lírica como por el solo hecho de concebir ese aporte a destiempo en el órgano que un joven Al Kooper aportó desde el inconsciente de su imaginación. Nada de razonamientos ni técnicas musicales, solo el "ello" haciendo su trabajo de manera animal y salvaje. Así también apareció Mike Bloomfield, guitarrista que decidió trabajar con Dylan para enseñarle como se debe tocar realmente el blues. Allí quedó plasmada su manera arrogante de tocar en Tombstone Blues, canción que le sigue a Like A Rolling Stone en el álbum. Algo así como una versión extendida de la música salida anteriormente en cortes como Maggie's Farm. Aunque Like A Rolling Stone se haya transformó en un éxito, la mirada musical estaba puesta en bandas como los Beach Boys o The Beatles, las cuales comenzarían a mostrar en esos días un grado de complejidad Pop tremenda. Ese año aparecieron trabajos como Today! de The Beach Boys, con el cual Brian Wilson comenzó a agarrar las riendas compositivas de la banda, además de Rubber Soul de The Beatles que a estas alturas es considerado el punto de quiebre más importante a la hora de madurar musicalmente, a modo de transición para discos como Revolver o el Sgt. Pepper. Pero también las guitarras se hacían más ruidosas con grupos como The Kinks o The Who, o los mismos The Rolling Stones que llevaron el pecado del Rock and Roll a terrenos mucho más obscenos. En medio de todo eso, Dylan parecía más bien un artista de Folk sumándose forzadamente a las nuevas tendencias. El Festival Folk de Newport fue el momento de la historia en el que realmente la música Rock se establecería como el gran referente de la contracultura de los años sesenta.
Las cosas comenzaron más que bien cuando Bob Dylan interpretó tres canciones de carácter Folk en un taller del festival, un día antes de su esperada interpretación. All I Really Want To Do, If You Gotta Go, Go Now y Love Minus Zero/No Limit fueron las escogidas y posiblemente serían parte del show principal pero las cosas cambiaron drásticamente en el momento en que Dylan decide subir a una banda, entre los que se encontraba Mike Bloomfield y Al Kooper. La vestimenta Rockstar de Bob, sumado al alto volumen de los instrumentos eléctricos, fueron el puntapié inicial para uno de los conciertos más polémicos de la música del siglo XX. Maggie's Farm desató una histeria de proporciones bíblicas cuando el público mismo comenzó a abuchear lo que hacían los músicos en escena. Los organizadores y artistas que estaban presenciando la caótica presentación se mostraban algo confusos, tanto por el alto volumen como por la decisión arriesgada -y hasta poco respetuosa- que Dylan decidió llevar al escenario. Like A Rolling Stone siguió, al igual que las pifias y los dolores de cabeza, considerando el tono burlón y sarcástico que el cantante mostraba cuando interpretaba esta canción en directo. Phantom Engineer, una versión previa a lo que sería It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry sonó como última canción antes de que el cantante se retirara junto a su revoltosa banda de fugitivos adictos al ruido.
Las opiniones difieren en cuanto a lo que sucedió aquella noche. Mientras unos argumentan que el público y los músicos Folk que se encontraban ahí vieron como una traición lo que Dylan hizo, otros simplemente hicieron mención a que el mal sonido fue el detonante general de la molestia. Otros mitos retratan a un enfurecido Pete Seeger queriendo cortar el cable de la energía. Lo cierto es que todo lo que ocurrió esa noche marcó un antes y un después en la carrera de Bob. Había dicho adiós a las canciones protesta, mostrando una de sus primeras facetas camaleonicas, las cuales nunca lo llevaron de vuelta al tono revolucionario de sus primeras canciones. Pero aquella noche decidió salir nuevamente al escenario, esta vez sin banda, solo con su guitarra y armónica. Dos canciones bastaron para sepultar por siempre al viejo Bob Dylan. Mr. Tambourine Man repleta de esa fastidiosa muestra de surrealiso primitivo en sus letras que no caían del todo bien al público más radical e It's All Over Now, Baby Blue, que sonó como una daga de doble filo para los que veían como el sueño de cambiar el mundo a través de la música quedaba atrás. Allí se encontraba el músico, diciendo que todo se había terminado, echando a patadas a Baby Blue para concentrarse en lo que había predicho anteriormente con The Times They Are a-Changing: los tiempos habían cambiado y no quería quedarse viejo.
Highway 61 Revisited fue lanzado finalmente el 30 de agosto de 1965. 10 canciones que no cayeron del todo bien y que apuntaban a una fuerte experimentación con los sonidos más cercanos al Rock y el Blues. Like A Rolling Stone, la cual había aparecido como single principal del disco, se transformó en la canción más conocida del álbum. También estaba Tombstone Blues que como lo había mencionado anteriormente, transportó todo el ruido y la velocidad de lo emitido en el Newport Folk Festival, al terreno más apacible de un trabajo de estudio y es precisamente ahí en donde radica la importancia de lo que hacía Dylan en ese momento. No era solo Blues, ni siquiera Rock & Roll, era algo más bien cercano a ambos mundos que pudo atraer a los más puritanos de estos al nuevo sonido que se estaba facturando ya en Estados Unidos. Si los Tom Petty, Neil Young o John Fogerty existen, se debe a que canciones como Tombstone Blues fueron publicadas en el momento adecuado. La versión final de Phantom Engineer también se encuentra aquí bajo el nombre de It Takes A Lot To Laugh, It Takes A Train To Cry, la cual encontró su característico ritmo y sonido luego de varias tomas que al propio músico no terminaban por convencerlo. Mientras todos estaban en un break de colación, el músico se dedico a ralentizar y llenar de pequeños detalles la canción, dejando un característico sonido de Bar en el aire. Las letras bohemias son otro punto a destacar. Los ambientes repletos de decadencia artística y cabarets cabalgan a tal punto, que el imaginario trasciende en una imagen clara y concisa de lo que tuvo que haber sido New York en esos años.
From A Buick 6 aparece quizás como uno de los temas más débiles del disco, teniendo en cuenta la presencia de Tombstone Blues, emparentadas en cierto modo gracias a la mirada acelerada y animal del Blues que Bob Dylan experimentaba junto a Mike Bloomfield, pero he ahí su encanto mismo, al ser la pieza fundamental para los constantes paseos bluseros que Dylan daría en su siguiente álbum Blonde On Blonde. El Milk Cow Blues de Sleepy John Estes que también versionó The Kinks en ese entonces, sirvió como inspiración para que From A Buick 6 concibiera todo el potencial sonoro que el músico llevaba en la sangre; algo así como el verdadero despertar de Bob en el Blues. De aquí en adelante aparecen los cortes más memorables que él pudo haber concebido en su carrera, solo emulados por la cara B de Blonde On Blonde y es que el aspecto más oscuro, críptico y surrealista, a la vez narrativamente influenciado en la poesía Beat de artistas como Allen Ginsberg, comienza su ascenso en canciones como Ballad of a Thin Man. Mr. Jones hasta el día de hoy ha sido fruto de diversas teorías sobre a quién apuntaba realmente la canción del músico, la cual de manera imprecisa pero mordaz, atacaba las cualidades únicas de gente poco emparentada con la actualidad de aquel entonces en el mundo de las artes, siendo estos mismos los principales gestionadores de estas, tanto a nivel de opinión como de tendencias. Al respecto el propio Dylan nunca fue del todo claro para responder las constantes preguntas que la prensa le hacía sobre quién era este Mr. Jones del cual hablaba en Ballad of a Thin Man, siendo algo constante en él en relación a todas las entrevistas que por aquel entonces daba, actitud que comenzó a fastidiar demasiado al mundo periodístico como a sus propios fans que todavía buscaban respuestas iluminadoras en él.
Las verdades se habían agotado y Dylan daba un paso al costado de todo lo que significó su pasado como cantautor de canciones protestas, pero las cosas se ponían aun más interesantes cuando de su propia boca aparecían revelaciones más críticas y reales, que de algún modo se siguen interpretando como un verdadero desprecio por el mundo superficial de las artes en general. Queen Jane Approximately causó cierto revuelo al ser de un modo similar a Like A Rolling Stone, por la contraposición de mundos que representaba, siendo esta especie de reina Jane una versión dorada de su propia e inminente tragedia. La superficialidad iracunda que palpaba la protagonista, se ve suavizada por un afecto más personal por parte de Bob o del personaje que esté narrando la historia, invitándola constantemente a dejar las mascaras para vivir de manera real y verdadera. Al igual que en Ballad of a Thin Man, la gente comenzó a preguntarse quién era esta reina Jane, por lo que muchos apuntaron de inmediato sus dardos a Joan Báez, la que en ese entonces era la reina y compañera de Dylan en el mundo del Folk. Todo esto surgió debido al distanciamiento entre ambos artistas (y amigos) que se vio reflejado en el documental Don't Look Back de ese mismo año. Joan Báez declaró que cuando escuchó Highway 61 Revisited, lo encontró un montón de mierda; el músico desmintió esta y otras teorías al responder que Jane era hombre.
Las referencias continúan en Highway 61 Revisited, canción que da nombre al disco y que de paso se ha transformado en uno de los cultos más grandes de los seguidores de Dylan, aunque esta vez todo parece ser tan literal como confuso, poniendo un montón de nombres de distintas épocas, en la Autopista 61 para que puedan resolver sus problemas. Si bien nunca se ha podido llegar a acuerdo entre la relación e interpretación de personajes como Dios, Abraham, Mack the Finger y Louie the King, entre otros más, muchos apuntan a que son simbolismos de problemas políticos de esos años. Sea como sea, Highway 61 Revisited esconde demasiadas sorpresas, tanto sonoras como líricas, que hacen de si misma una de las favoritas de sus fanáticos. Las cosas nuevamente toman un vuelco importante cuando Just Like Tom Thumb's Blues hace su aparición. Entre borrosas imágenes y una resaca tremenda, el cantante juega con pasajes poco claros y trascendentes de su aventura en Juarez, México, diciendo lo que quiere decir o lo que solamente recuerda, haciendo hincapié en la corrupción, los excesos, el alcohol y la compañía de dos nombres que es imposible volver a olvidar luego de haberlos escuchado. Sweet Melinda y Saint Annie son solo algunas referencias ficticias de algo real, a la vez que la literatura clásica se ve invitada en diversos pasajes narrativos como el nombre de una calle que hace alusión a Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe. La canción es un sinfín de detalles gloriosos que es imposible verificar en las primeras 10 o 100 escuchadas; y eso que musicalmente cuenta con tan solo 3 acordes.
Si Just Like Tom Thumb's Blues es considerada una de las obras más trascendentales de Dylan, Desolation Row parece llevarse todos los premios. Igual de impactante y reveladora que Like A Rolling Stone, se transforma desde los primeros segundos en una antítesis onírica de ésta, siendo una larga explanada de referencias y personajes que aparentemente nada tienen que ver. Es la versión definitiva del Folk surrealista que tan bien pulió en Blonde on Blonde, pero más que eso, es la manera correcta de recitar de manera inexpresiva pero efectiva los largos carnavales que puede ofrecernos la imaginación, la historia, las artes, la realidad de lo que fue y no fue, al mismo tiempo. Tan solo 11 minutos bastan para amontonar a personajes como Bette Davis, Cenicienta, T.S. Elliot, Einstein, Romeo, Cain, Abel, Robin Hood, etc. en lugares como Notre Dame o extraños circos que van de lugar en lugar, época en época; realidades alternativas, todas desembocan precisamente en Desolation Row, o la calle de la desolación; en la vida misma. Punto aparte es la manera en que tan solo tres acordes y un acompañamiento mínimo basten para que Bob pueda tirar todo lo que pase por su mente en una gran cantidad de versos sin fin. La guitarra que acompaña es otro tema aparte, una historia que sin interrumpir, tiene mucho que contar.
Si bien Highway 61 Revisited contó con tan solo 9 canciones, Bob no se limito a seguir lanzando periódicamente algunas canciones más, siendo Can You Please Crawl Out Your Window? un descarte del álbum que apareció ese mismo año como nuevo single. La canción en sí muestra un sonido y estructura muy similar a Like A Rolling Stone, teniendo como mérito propio el haber definido todavía más el concepto de lo que significaba un Single radial mucho más cercano a la estructura habitual, sin dejar de lado la narrativa con la que Dylan construía temas en ese entonces. También apareció Positively 4th Street, la cual llamó mucho mas la atención de la gente al percibir un tono similar al de temas como Queen Jane pero mucho más claro y abierto. El tema funcionó demasiado bien, que al poco tiempo alcanzó un muy buen lugar en las listas, siendo hoy en día uno de los temas más versionado del músico. Pero el mundo no solo vio el trabajo de Bob Dylan como innovador para su carrera, si no que tan bien percibió como una nueva camada de músicos aparecían citando de alguna manera su sonido Folk Rock una influencia clara del trabajo del artista. Bandas como The Byrds o The Mamas & The Papas intentaron formar un movimiento musical inspirado en ambas facetas de Dylan, generando un sonido que el propio músico se encargó de renegar. Con Blonde on Blonde se alejó todavía más de esta tendencia Folk Rock, construyendo el eslabón entre el Rock y Blues más surrealista y la sicodelia misma que años mas tarde explotaría junto a los alucinógenos de moda.
Highway 61 Revisited a estas alturas es uno de los trabajos musicales y artísticos más importantes que han existido, siendo cita obligada de muchos de los caminos que ha tomado la humanidad desde su caótica aparición el 30 de agosto de 1965. 50 años ya han pasado y tan solo llevo unos 6 años escuchándolo. Cuantos años quedan por delante que me es imposible pensar en la trascendencia que irá acumulando con el tiempo. Entre el polvo y la gloria, se esconde un álbum que cada día disfruto más, del cual puedo aprender, reflexionar, divertirme y maravillarme y si bien puede que no sea su obra definitiva (Blonde On Blonde es otra monumental muestra de su alcance universal) es sin duda el trabajo más importante de su carrera.
From A Buick 6 aparece quizás como uno de los temas más débiles del disco, teniendo en cuenta la presencia de Tombstone Blues, emparentadas en cierto modo gracias a la mirada acelerada y animal del Blues que Bob Dylan experimentaba junto a Mike Bloomfield, pero he ahí su encanto mismo, al ser la pieza fundamental para los constantes paseos bluseros que Dylan daría en su siguiente álbum Blonde On Blonde. El Milk Cow Blues de Sleepy John Estes que también versionó The Kinks en ese entonces, sirvió como inspiración para que From A Buick 6 concibiera todo el potencial sonoro que el músico llevaba en la sangre; algo así como el verdadero despertar de Bob en el Blues. De aquí en adelante aparecen los cortes más memorables que él pudo haber concebido en su carrera, solo emulados por la cara B de Blonde On Blonde y es que el aspecto más oscuro, críptico y surrealista, a la vez narrativamente influenciado en la poesía Beat de artistas como Allen Ginsberg, comienza su ascenso en canciones como Ballad of a Thin Man. Mr. Jones hasta el día de hoy ha sido fruto de diversas teorías sobre a quién apuntaba realmente la canción del músico, la cual de manera imprecisa pero mordaz, atacaba las cualidades únicas de gente poco emparentada con la actualidad de aquel entonces en el mundo de las artes, siendo estos mismos los principales gestionadores de estas, tanto a nivel de opinión como de tendencias. Al respecto el propio Dylan nunca fue del todo claro para responder las constantes preguntas que la prensa le hacía sobre quién era este Mr. Jones del cual hablaba en Ballad of a Thin Man, siendo algo constante en él en relación a todas las entrevistas que por aquel entonces daba, actitud que comenzó a fastidiar demasiado al mundo periodístico como a sus propios fans que todavía buscaban respuestas iluminadoras en él.
Las verdades se habían agotado y Dylan daba un paso al costado de todo lo que significó su pasado como cantautor de canciones protestas, pero las cosas se ponían aun más interesantes cuando de su propia boca aparecían revelaciones más críticas y reales, que de algún modo se siguen interpretando como un verdadero desprecio por el mundo superficial de las artes en general. Queen Jane Approximately causó cierto revuelo al ser de un modo similar a Like A Rolling Stone, por la contraposición de mundos que representaba, siendo esta especie de reina Jane una versión dorada de su propia e inminente tragedia. La superficialidad iracunda que palpaba la protagonista, se ve suavizada por un afecto más personal por parte de Bob o del personaje que esté narrando la historia, invitándola constantemente a dejar las mascaras para vivir de manera real y verdadera. Al igual que en Ballad of a Thin Man, la gente comenzó a preguntarse quién era esta reina Jane, por lo que muchos apuntaron de inmediato sus dardos a Joan Báez, la que en ese entonces era la reina y compañera de Dylan en el mundo del Folk. Todo esto surgió debido al distanciamiento entre ambos artistas (y amigos) que se vio reflejado en el documental Don't Look Back de ese mismo año. Joan Báez declaró que cuando escuchó Highway 61 Revisited, lo encontró un montón de mierda; el músico desmintió esta y otras teorías al responder que Jane era hombre.
Las referencias continúan en Highway 61 Revisited, canción que da nombre al disco y que de paso se ha transformado en uno de los cultos más grandes de los seguidores de Dylan, aunque esta vez todo parece ser tan literal como confuso, poniendo un montón de nombres de distintas épocas, en la Autopista 61 para que puedan resolver sus problemas. Si bien nunca se ha podido llegar a acuerdo entre la relación e interpretación de personajes como Dios, Abraham, Mack the Finger y Louie the King, entre otros más, muchos apuntan a que son simbolismos de problemas políticos de esos años. Sea como sea, Highway 61 Revisited esconde demasiadas sorpresas, tanto sonoras como líricas, que hacen de si misma una de las favoritas de sus fanáticos. Las cosas nuevamente toman un vuelco importante cuando Just Like Tom Thumb's Blues hace su aparición. Entre borrosas imágenes y una resaca tremenda, el cantante juega con pasajes poco claros y trascendentes de su aventura en Juarez, México, diciendo lo que quiere decir o lo que solamente recuerda, haciendo hincapié en la corrupción, los excesos, el alcohol y la compañía de dos nombres que es imposible volver a olvidar luego de haberlos escuchado. Sweet Melinda y Saint Annie son solo algunas referencias ficticias de algo real, a la vez que la literatura clásica se ve invitada en diversos pasajes narrativos como el nombre de una calle que hace alusión a Los crímenes de la calle Morgue de Edgar Allan Poe. La canción es un sinfín de detalles gloriosos que es imposible verificar en las primeras 10 o 100 escuchadas; y eso que musicalmente cuenta con tan solo 3 acordes.
Si Just Like Tom Thumb's Blues es considerada una de las obras más trascendentales de Dylan, Desolation Row parece llevarse todos los premios. Igual de impactante y reveladora que Like A Rolling Stone, se transforma desde los primeros segundos en una antítesis onírica de ésta, siendo una larga explanada de referencias y personajes que aparentemente nada tienen que ver. Es la versión definitiva del Folk surrealista que tan bien pulió en Blonde on Blonde, pero más que eso, es la manera correcta de recitar de manera inexpresiva pero efectiva los largos carnavales que puede ofrecernos la imaginación, la historia, las artes, la realidad de lo que fue y no fue, al mismo tiempo. Tan solo 11 minutos bastan para amontonar a personajes como Bette Davis, Cenicienta, T.S. Elliot, Einstein, Romeo, Cain, Abel, Robin Hood, etc. en lugares como Notre Dame o extraños circos que van de lugar en lugar, época en época; realidades alternativas, todas desembocan precisamente en Desolation Row, o la calle de la desolación; en la vida misma. Punto aparte es la manera en que tan solo tres acordes y un acompañamiento mínimo basten para que Bob pueda tirar todo lo que pase por su mente en una gran cantidad de versos sin fin. La guitarra que acompaña es otro tema aparte, una historia que sin interrumpir, tiene mucho que contar.
Si bien Highway 61 Revisited contó con tan solo 9 canciones, Bob no se limito a seguir lanzando periódicamente algunas canciones más, siendo Can You Please Crawl Out Your Window? un descarte del álbum que apareció ese mismo año como nuevo single. La canción en sí muestra un sonido y estructura muy similar a Like A Rolling Stone, teniendo como mérito propio el haber definido todavía más el concepto de lo que significaba un Single radial mucho más cercano a la estructura habitual, sin dejar de lado la narrativa con la que Dylan construía temas en ese entonces. También apareció Positively 4th Street, la cual llamó mucho mas la atención de la gente al percibir un tono similar al de temas como Queen Jane pero mucho más claro y abierto. El tema funcionó demasiado bien, que al poco tiempo alcanzó un muy buen lugar en las listas, siendo hoy en día uno de los temas más versionado del músico. Pero el mundo no solo vio el trabajo de Bob Dylan como innovador para su carrera, si no que tan bien percibió como una nueva camada de músicos aparecían citando de alguna manera su sonido Folk Rock una influencia clara del trabajo del artista. Bandas como The Byrds o The Mamas & The Papas intentaron formar un movimiento musical inspirado en ambas facetas de Dylan, generando un sonido que el propio músico se encargó de renegar. Con Blonde on Blonde se alejó todavía más de esta tendencia Folk Rock, construyendo el eslabón entre el Rock y Blues más surrealista y la sicodelia misma que años mas tarde explotaría junto a los alucinógenos de moda.
Highway 61 Revisited a estas alturas es uno de los trabajos musicales y artísticos más importantes que han existido, siendo cita obligada de muchos de los caminos que ha tomado la humanidad desde su caótica aparición el 30 de agosto de 1965. 50 años ya han pasado y tan solo llevo unos 6 años escuchándolo. Cuantos años quedan por delante que me es imposible pensar en la trascendencia que irá acumulando con el tiempo. Entre el polvo y la gloria, se esconde un álbum que cada día disfruto más, del cual puedo aprender, reflexionar, divertirme y maravillarme y si bien puede que no sea su obra definitiva (Blonde On Blonde es otra monumental muestra de su alcance universal) es sin duda el trabajo más importante de su carrera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario