sábado, 5 de septiembre de 2015

Un viaje por The Beatles, Bob Dylan y la marihuana


Situándonos a mediados de la década de los 60, en donde la subcultura comenzaba a hacer estragos en la juventud menos artística, cuatro jóvenes de Liverpool decidieron darle un giro a su carrera que a esas alturas comenzaba a transformarse en mero cliché de época. Dejando atrás las películas despreocupadas, avanzaron por la lógica decisión de hacer madurar su sonido. Allí quedó Rubber Soul como uno de los álbumes más certeros y logrados de su discografía. Pero lejos de continuar su sendero, Paul, George, Ringo y John decidieron jugar a cambiar las cosas a su manera.


Corría abril del año 1964 y mucho antes del cambio, The Beatles jugaba a ser el fenómeno de masas más importante de la década. Un perfecto equivalente a lo que significó Elvis en la década anterior, estos cuatro jóvenes vestidos de trajes, cabello largo y aplastado, un sentido del humor bastante Inglés y una vocación tremenda por crear himnos Pop tan pegajosos, preparaban lo que sería su nueva placa. A Hard Day's Night había sido todo un bombazo, tanto por su cantidad impresionante de canciones que quedarían marcadas a fuego en la posterioridad como por ser el primer trabajo completamente original, pero las cosas se veían un poco oscuras. Créanlo o no, la banda se estaba desmoronando creativamente, tanto por el cansancio de las giras como por el esfuerzo que les significó haber hecho A Hard Day's Night. Mientras que en Estados Unidos un joven Bob Dylan, el cual comenzaba a sentir el peso de la fama, tanto por su popularidad mesiánica impulsada por el carácter político que se le habían dado a sus canciones -canciones protesta- como por el derroche de composiciones que le estaba abriendo camino en si mismo, comenzaba a virar su dirección hacía una linea editorial mucho más abierta y menos selecta. Dylan al contrario de The Beatles, pasaba por un momento creativo demasiado grande, lo cual en cierto sentido comenzaba a alejarlo del clásico estilo con el que se había hecho conocido para establecerse con algo más provocativo y ruidoso.

Estos dos gigantes, Estadounidense e Ingleses, dominaban el mundo a su manera, siendo ambos referentes de los dos lados de una moneda. Así y todo, sin nada en común mas que el hecho de respirar música, ambos frentes coincidieron en un día que pasaría a la historia. Los de Liverpool estaban tocando en New York, ciudad en la que Bob vivía hace algunos años. Un amigo de ambos, el escritor Al Aronowitz los presentó en el hotel en donde se hospedaban Los Beatles, siendo el propio Dylan el que encargó a uno de sus roadies que le consiguiera harto vino barato. Mientras esperaban, el músico Norteamericano tuvo la brillante idea de sacar un poco de marihuana para que fumaran y pasaran el rato, lo que para su sorpresa era algo nuevo para los Ingleses. Brian Epstein (manager de la banda) lidiaba la situación con los otros cuatro, a través de miradas sorprendidas, siendo Lennon el que finalmente revelaría que jamás en la vida habían probado la hierba. Dylan no lo podía creer, ya que erróneamente había asumido que la parte de I Want To Hold Your Hand que dice "I can't hide, i can't hide, i can't hide" decía "I get high, i get high, i get high".


Después de que el propio Lennon le corrigiera sobre la verdadera letra de la canción y su falta de experiencia con la marihuana, le pidió a Ringo que fuera el primero en probarla, puesto que era el más viejo y experimentado de ellos cuatro. Las cosas se comenzaron a poner extrañas cuando el propio baterista se fumara todo el porro, creyendo que así se hacía, sin haberla compartido con los demás. Luego de unas risas, Bob Dylan sacaría más y de inmediato se pondrían a fumar como locos. La velada fue todo lo que se puede esperar de este choque de egos. Muchas risas, conversaciones profundas y sin sentido, locura por parte de los Fab Four, risas de Dylan, el propio Brian Epstein no paraba de decir "estoy en el techo", McCartney por su lado contemplaba todo tipo de revelaciones trascendentales, entre muchas cosas más que imaginamos se quedaron bajo los muros de esa habitación de hotel.

La experiencia de alguna manera fue el detonante para que The Beatles (y en especial Lennon) comenzaran una búsqueda artística y personal mucho más minuciosa y aventurera. Ese año The Beatles lanzarían Beatles For Sale, el cual contenía solo 6 canciones originales, las cuales mostraban elementos musicales cercanos al country, a la vez que líricamente padecían una evolución relevante a la hora de escribir de manera más autobiográfica, cosa que el mismo Dylan hizo ese año unos meses antes con Another Side of Bob Dylan, disco que se alejaría de las canciones protesta para ahondar en un retrato más propio sobre la realidad cotidiana de la vida, historias y reflexiones. Al año siguiente lanzaría Bringing It All Back Home y Highway 61 Revisited, álbumes que mostrarían facetas más cercanas al Blues y el Rock, mientras que The Beatles harían lo suyo con Help! y el ya mencionado Rubber Soul. En este último venía incluida una canción llamada Norwegian Wood (This Bird Has Flow), con claras influencias Folk, tanto por la instrumentación como por las melodías.

No se sabe bien si esto no le cayó muy bien a Bob Dylan, el cual se dice que se vio aludido, contrarrestando de manera amigable pero a modo de advertencia con 4th Time Around que apareció en Blonde On Blonde del año 1966. El tema se basa en la melodía de Norwegian Wood, siendo ésta inspiración e influencia para el tema de Dylan, y a la vez estando inspirada claramente en el cantante Estadounidense. Todo bien hasta el final que remata con la frase "I never asked for your crutch
now don’t ask for mine" (Yo nunca te pedí tu muleta, ahora no me pidas la mía). Pero más allá de eso la amistad entre Bob y The Beatles continuó, siendo ese mismo año el momento de otro encuentro memorable del que poco se sabe, cuando Dylan y Lennon se fueron en una limusina con el fin de hablar y consumir todo tipo de drogas. Un viaje de negocios a la antigua.


Nuevamente aparece una canción de The Beatles, la cual tiene tres teorías que perfectamente podrían convivir en un mismo universo. El tema Doctor Robert lanzado en el álbum Revolver de ese mismo año cuenta la historia sobre un Doctor que medicaba y suministraba todo tipo de alucinógenos a sus pacientes y el cual se supone existió, siendo su nombre Robert Freymann teniendo una consulta en New York. También está la teoría sobre el doctor que puso LCD en el té de los Fab Four, siendo su primera experiencia con este alucinógeno que definiría su carrera. Por último se dice que Doctor Robert era el mismo Bob Dylan, quien curiosamente se llama Robert Zimmerman. Más allá de que alguna de estas inspiraciones sea real o no, la sola idea de que en un tema como Doctor Robert fuese incluido en Revolver, primero de los tres discos cercanos a la sicodelia y experimentación de la banda (Sgt. Pepper y Magical Mistery Tour) genera cierto punto de quiebre a la hora de analizar la carrera de los de Liverpool, siendo el curioso primer encuentro con Dylan la primera piedra de un momento creativo único en la música, pues todo lo que hacía The Beatles en ese tiempo se convertía en oro.

Si bien Bob Dylan y The Beatles siguieron de alguna forma ligados de manera musical (George Harrison tocó unas cuantas veces con Dylan, habiendo formado una banda a finales de los 80 junto a Jeff Lynne, Roy Orbison y Tom Petty llamada Traveling Willburys) fue durante el periodo recién descrito en el que estos dos universos colisionaron, dejando secuelas que de alguna forma incidieron en el desarrollo de la música en el siglo XX. La influencia del Norteamericano fue decisiva para los Ingleses y viceversa, siendo los sucesos posteriores al primer encuentro con la marihuana los más importantes y reconocidos en la carrera de ambos nombres. Simple y claro, un pito de marihuana (o algunos más) pueden cambiar la historia. 


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