Lo vivido este pasado domingo (y lo que claramente no viví
en vivo y en directo) en el concierto de Franz Ferdinand en lo que consta a la
asistencia y al fenómeno que se desató con la venida de los Escoceses (¿la
cuarta venida?) no debe sorprendernos demasiado pues en su tiempo al igual que
la Placebomanía estuvo la Franz Ferdinandmanía que se comenzó a gestar
silenciosamente a finales del 2004 cuando un single para nada silencioso
llamado Take me out inundaba las radios locales como la Rock & Pop y que ya
a finales de 2005 y principios del 2006 el fanatismo llegaba a su punto cumbre cuando
vinieron por primera vez como invitados de la súper gira de U2, agendando un
segundo show al día siguiente para pasar a la historia de lo más bizarro que ha
pasado por el ya clásico Festival de Viña del Mar, todo esto sumado a su
incomparable máquina de hits que ya dejaban en el aire clásicos como Do you
want to o Darts of Pleasure.
Chile al igual que el mundo entero vivió la última gran
invasión británica a mediados de la década pasada cuando unos revoltosos The
Libertines pusieron en el centro nuevamente la atención en el Reino Unido,
abriendo paso para que un puñado de bandas de corte Indie brotaran expresando
cada una de las que si importaban, una marca que hasta el día de hoy hace eco
constante de que la extrema creatividad puede darse cuando uno menos lo espera,
y generalmente en el lugar que uno más lo espera, pues no solo Franz Ferdinand
aparecieron para instalarse en la historia del rock con sus guitarras gancheras
y esa facilidad para crear ritmos pegajosos, casi bailables pero rockeables al
mismo tiempo, con una elegancia poco esperable quizás de nuestros vecinos lejanos
los Escoceses (Broma), muchos otros nombres como Kaiser Chiefs o Keane dieron
mucho que hablar, al igual que los más tardíos The Kooks o los mismísimos Arctic
Monkeys que hoy son un fenómeno por sí solo, y a pesar de que estas bandas y
muchas otras no ofrecían algo muy nuevo en cuanto a lo musical(mismo caso que
se vivía en USA con The Strokes o Yeah Yeah Yeahs) le daban un nuevo giro a lo
que ya conocíamos de memoria pero aportando la energía y la gota de sudor de
una generación que deseaba volver a instalar el Rock más accesible y a la vez
con más pelotas que tanto se había perdido en los noventa (salvo algunas excepciones).
Los Fran Ferdinand quizás fueron los que tuvieron más pegada
por estos lados con dos discos seguidos (Franz Ferdinand del 2004 y You Could
Have It So Much Better de 2005) que dejaron un gran puñado de canciones ya
clásicas y otras que siempre pueden llegar a ocupar nuestro espacio del
redescubrimiento pues la gracia de estos dos álbumes es que a pesar del paso de
los años y la constante formula sobre explotada por otras bandas que nacieron
por estos años, estos siguen sonando tan geniales como cuando vieron la luz.
Que no se diga más, el mejor recuerdo del show de los de Glasgow que pude ver
en la versión del 2013 de Lollapalooza Chile fue este temazo archi conocido.
Favorito de muchos, por dios como saltaba la gente ese día cuando sonaban los
primeros acordes, The Dark of the Matinee es y será siempre un punto de
encuentro para las masas y por qué no, para la rutina diaria de cada uno.
Título: The Dark of the Matinee
Intérprete: Franz Ferdinand
Álbum: Franz Ferdinand
Año: 2004
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