¿Cuántas generaciones habrán nacido sabiendo de la
existencia de Pink Floyd? Esa banda que le gustaba a los familiares más grandes
y que los hacía alucinar, a tal punto de que necesitaban mostrar lo grandioso
que eran las canciones de discos como Dark Side of the Moon y Wish you Were
Here, y que nosotros, a una edad menor, no entendíamos demasiado. Lo más
lamentable de todo eso es que con el pasar de los años, terminábamos igual de
enganchados que ese familiar que terminó volviéndose loco con la banda y es que
cada ser humano al que le guste la música, ha estado pegado con la banda por un
tiempo, 2 meses o toda la vida.
Pero Pink Floyd, antes de ser toda esa parafernalia
interplanetaria de sonidos cósmicos y canciones sobre el deterioro de la
humanidad, era un productivo grupo de cuatro jóvenes liderados por una de las
leyendas más grandes de la música del siglo XX, Syd Barrett. Su sonido dictaba
mucho de lo que hoy entendemos como Pink Floyd y es que no es fácil hablar del
por qué esa diferencia abrumadora entre canciones como Arnold Layne y Shine on
your Crazy Diamond, pues en varios sentidos son totalmente diferentes y no se
trata solamente de la salida de Syd y la entrada de David Gilmour, al
contrario, más que nada tiene que ver con la evolución que tuvieron los
Ingleses para poder lidiar con la reinvención que necesitaban y que todavía los
mantenía unidos a la etapa sicodélica de Syd. El mismo factor Syd les trajo
problemas a la hora de lanzar discos, que más allá de postulados, representaban
una constante búsqueda por encontrar lo suyo pero a las finales terminó por
iluminarlos. Syd Barrett se volvió loco, o algo parecido y Pink Floyd ahondó en
la locura para lanzar sus grandes obras cumbres que aparecieron desde discos
como Dark Side of the Moon hasta the Wall. De todas formas, ambos periodos del
grupo, la etapa con Syd Barrett y los 70 no fueron las únicas que ha explorado
la banda pero ese ya es otro tema aparte que en esta oportunidad no tocaré.
La canción del día, luego de esa pequeña reflexión conmigo
mismo, es precisamente de Pink Floyd, en plena época de LSD, con Syd Barrett a
la cabeza, con Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright acompañando en todo
momento y con David Gilmour esperando en el banco de suplentes y viendo como su
amigo Syd se hacía con el mundo por aquellos años. La canción del día se llama
See Emily Play.
Título: See
Emily Play
Intérprete:
Pink Floyd
Álbum:
Ninguno
Año: 1967
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