Por allá por la década del 60, mientras nosotros estábamos ocupados siendo la casa del mundial, al otro lado del mundo George Parker hacía una declaración que es difícil no recordar hoy, asegura que todo artista que haya leído 1984 de George Orwell se verá, obligatoriamente, influenciado en su obra en mayor o menor medida. Muse, de la mano de Matthew Bellamy no es la excepción, y es que luego de The Resistance y el fracaso de The 2nd Law el sonido industrial ha pasado a ser parte de la firma misma de la banda -de su propio estilo, si se prefiere- en la segunda mitad de su carrera. De esta forma es que logran fusionar el estilo clásico de la banda en tiempos de Showbiz y Origin of Symmetry para crear el que en lo que a mi respecta es su discos más sólido desde Absolution.
Basta de experimentos, parte con lo que ya se había prometido meses antes del lanzamiento, un disco fuerte, con mucha potencia, pero actualizado a las tecnologías modernas, mucho sintetizador y coros pegajosos. Una que otra referencia a ciencia ficción y el control mundial siempre presente en la letra de Bellamy. El bajo de Wolstenholme marcando la pauta. Dominic Howard llenando los silencios y dando el toque electrónico sutil que los caracteriza. Simplemente Muse.
Partimos con Dead Inside, una oda a lo que Muse siempre fue y en The 2nd Law no pudo ser. Una canción potente pero suave, presentando un protagonista sin fe en nada en un mundo alienado que no es el suyo (sí, de nuevo, ¿aló, Orwell?). Mucho sintetizador, mucho recuerdo, mucha semblanza a Showbiz, buena partida. Para seguir con la temática, continúa en Drill Sergeant, órdenes de un sargento a un soldado (y con diálogos de Full Metal Jacket, de Kubrick). Psycho nos recuerda que sin importar la época, el rock sigue vivo en la banda, trayendo The Resistance a la mente, rock siempre y puro, sentando las bases para Mercy, que viene a calmar la cosa, llevando al protagonista a la decadencia mental y la desesperación en una balada sintetizada de esas que tanto le gustan al público de los ingleses.
Y llega la revolución con Reapers, The Handler y Defector que muestran el levantamiento del nuevo orden con la parte más rockera del disco, si buscan el Muse rockero, éste es. Acompañado por la segundo diálogo en el disco, un extracto del discurso de John F. Kennedy en el hotel Waldorf-Astoria en 1961, haciendo alusión a teorías conspirativas y subversivas, salfatismo ilustrado puro en un contexto revolucionario, ¿algo más?. Revolt, en la parte pop del disco invita a la rebelión explícitamente: ’You can make this world what you want, you can revolt’.
Terminamos con Aftermath y The Globalist, que muestran la ascensión y caída de un dictador en medio de baladas para pensar y guitarras distorsionadas que denotan el fin de una era. El corte final del álbum es Drones, canción que le da nombre al disco. Un canto gregoriano homenajeando a quienes murieron en la revolución, y además planteando palabras con respecto a medio oriente: “Nuestras vidas entre tu pulgar y el gatillo… ¿sientes algo, estás muerto en tu interior? Ahora puedes matar desde la comodidad de tu hogar con drones. Amén”
Pese a elogios melancólicos, Drones logra superar las expectativas, pero fuera de la genialidad de las letras en su conjunto, musicalmente el disco llega a su punto más alto en el arco entre Reapers y Defector, esperando un final que no logra llegar a la altura de la mitad del álbum. Aún así, no deja de ser un trabajo sólido y disfrutable, que perfectamente abre la puerta a futuras intervenciones similares.
Título: Drones
Intérprete: Muse
Año: 2015
País: Inglaterra
Sello: Warner Bros. & Helium-3
Productor: Robert John “Mutt” Langue - Muse
Elección del editor:
- Psycho
- Mercy
- Defector
Canciones:
01. Dead Inside
02. [Drill Sergeant]
03. Psycho
04. Mercy
05. Reapers
06. The Handler
07. [JFK]
08. Defector
09. Revolt
10. Aftermath
11. The Globalist
12. Drones
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