miércoles, 15 de octubre de 2014

Canción del día n°23 Massive Attack - Risingson


Reinventar una y otra vez la forma de crear y presentar su particular propuesta artística ha sido la tónica de esta banda Inglesa que a estas alturas cosecha un sinfín de éxitos y momentos notables en su respetable carrera musical. Massive Attack puede sonar como muchos pero ninguno suena como ellos, pues la base y la clave está en la constante búsqueda que las almas de la banda, Robert del Naja más conocido como 3D y Grant Marshall mejor conocido como Daddy G, han experimentado con la banda desde sus inicios fuertemente influenciados por el Hip hop y las maneras no convencionales de presentar este, lo que derivó en definitiva en el sonido clásico de la agrupación.


Una de las bandas más influyentes de los últimos años en el Reino Unido, han cosechado un gran número de alabanzas por parte de la crítica, con cada lanzamiento desde la influencia negra en Blue Lines, pasando por los sonidos más experimentales y vanguardistas en Protection, o la cumbre de cómo hacer un disco denso y oscuro con el memorable Mezzanine, se adentraron en el nuevo milenio regresando a sus raíces y alcanzando cierta maduración con 100th Window y su fuerte redescubrimiento del Jazz, pasando por la banda sonora de una película llamada Danny the Dog para finalmente en el 2010 lanzar su último disco hasta la fecha que confirmaron su importancia en el panorama actual incluyendo un gran número de colaboraciones de muchos contemporáneos que se han visto influenciados por la banda, y pese a que han sorteado numerosos capítulos, unos más oscuros que otros, los eternos sobrevivientes de la escena de Bristol han sabido salir al paso con todo tipo de encrucijadas y complejos trabajos sonoros que se nos meten en la cabeza, recorriendo los rincones más inhóspitos de nuestras problemáticas, para así poder nosotros quedarnos para siempre con sus inconfundibles canciones fundidas en nuestra mente. Lo de Massive Attack es la historia de cómo hacer escuela, paseándose por todo tipo modas y periferias, y lograr salir al paso siendo eternos nombres en el panorama mundial, la innovación y la fama, la experimentación y el éxito, conceptos que pueden calzar de manera casi perfecta en la incongruencia misma de sus esencias, y entre nombres tan diversos de bandas y artistas que han aportado de una u otra manera con esta particular visión vanguardista de meterse en la industria sin ser invitados, Massive Attack no fueron los primeros ni serán los últimos pero hubo un momento en que fueron la última esperanza, y como solo los grandes saben hacerlo, abrieron las puertas a las infinitas posibilidades y de ahí en adelante el mundo pudo comprender que nunca habrá una última banda en llevar el legado a las masas, siempre habrá una nueva generación que tomará la bandera y la alzará en los rostros viejos y codiciosos de la vieja guardia de la industria musical.
Massive Attack merece ser escuchado, aunque sea una única vez en la vida, cosa que de seguro desembocará en incontables momentos de irse en la volá con alguno de sus discos, y de su tercero, uno de mis favoritos de la banda junto a Protection, es que aparece Risingson, segundo track, el que fuera en algún momento el primer adelanto de Mezzanine y que terminaría por ocupar un lugar sagrado en la historia de sus fans, uno de sus temas insignes, un single sin serlo, una llamada a la renovación en manos casi eróticas, un toque de sensualidad primitiva, una tremenda canción. Ese bajo, esas voces.

Canción: Risingson
Intérprete: Massive Attack
Álbum: Mezzanine
Año: 1998





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