lunes, 17 de noviembre de 2014

Especial Lollapalooza: Jack White


Comenzamos esta semana dedicada al polémico line up de Lollapalooza que ayer por ahí por las 10 de la noche se dio a conocer y que sacó canas verdes a muchos por dejar mucho que desear en cuanto a parrilla (muchos repetidos, faltaron números mejores, etc) y por los precios obviamente, pero más allá de eso y como somos positivos vamos a revisar los grandes aciertos de esta próxima versión 2015 que hace hincapié en aumentar la diversidad en cuanto a público, dejando atrás la nostalgia noventera (radio Sonar), que obvio a Coldplay pero que trajo a King of Leon, que lleva muy poco rap y pop, pero que mueve masas Indie alternativas y pesos pesados de la actualidad electrónica, incluso dando pasó a viejos estandartes de la música en el mundo, repitiendo números Chilenos que te aparecen hasta en la sopa pero dándole la oportunidad a un rock más marginal del país que en esta edición al fin se hace presente. Jack White es uno de los grandes confirmados de esta versión 2015 de Lollapalooza.


The White Stripes


A Jack White lo vine a escuchar por allá por el 2005 con The White Stripes pero no les di mucha importancia hasta ya años más adelante gracias a un amigo que les gustaban y a mi hermano que también los empezó a escuchar mucho, pero mi real primera gran experiencia con la banda ocurrió cuando escuché una canción que se me quedó pegada inmediatamente en la cabeza y no paraba de escucharla hasta que empecé a escuchar el disco entero donde venía esa canción y realmente me encantó; hablo de My Doorbell y el tremendo Get Behind me Satan, mi disco favorito de los Stripes. Yo desencantado o quizás aburrido de las guitarras no quería nada con ellas así que le hacia el quite a temas como Seven Nation Army y Fell in Love With a Girl que más allá de encontrarlos buenos, no los escuchaba pero Get Behind me Satan se basaba más que nada en piano, re pocas guitarras, muchos experimentos y por sobre todo una formula de rock barroco con pegadizos tintes pop en los coros y las estrofas, sin perder nunca la innovación y el camino. 

Más adelante White Blood Cells fue mi caballito de batalla, era tan artesanal, tan distorsionado, tan rock & roll, no me podía negar a temas como I Think a Smell a Rat o Now mary o la tremenda Hotel Yorba que es hasta el día de hoy, una de mis canciones favoritas del grupo. Pero Jack White y la desaparecida Meg White no solo ocultaban más secretos para mi, Elephant llegó como el disco mejor armado y quizás más inspirado y aunque no sea mi favorio no puedo negar la tremenda calidad de canciones que se esconden ahí, desde el super hit Seven Nation Army, hasta la tremenda Ball and Biscuit o la canción en la que Meg se puso en la voz principal, In the cold, cold night, y es obvio que iba a llegar a lo más alto del reconocimiento, popularidad, premios y demás cosas que no le suman ni le restan importancia al álbum , pues este la tiene por mérito propio y es quizás este disco el que conectó más a la gente con The White Stripes.


Icky Thumb me costó pero luego de un par de escuchadas di en el clavo y hasta el día de hoy es el disco que más escucho del grupo, porque lo encuentro perfecto de principio a fin, todos los temas son buenos, desde los singles, hasta los experimentos, hasta los que parecen rellenos son buenos…nada que decir, quizás con este disco la gente debió sacarse los prejuicios de no comprar la onda de la banda porque la madurez es sobrecogedora, es frío y cálido a la vez, los arreglos son de los mejores de su carrera, si sacaban otro disco después de este o se iban a la cresta (cosa que dudo) o sacaban otro super ventas, pero más allá de las especulaciones y que extrañemos a Meg, Icky Thumb tiene el privilegio de ser el cierre perfecto de la discografía de la banda. De ahí retrocedemos al primer álbum que es un aprendizaje más que una propuesta misma, una propuesta basada en el aprendizaje, o como sentar las bases del sonido y la actitud que tendría la banda, pues para mí este homónimo es la raíz más pura de White Blood Cells y Elephant, quizás menos trabajada y pulida, tiene temas tan buenos como Astro o I Fought Piranhas aunque la favorita puede que sea Screwdriver, que cagada que debe quedar con ese tema. Si el primer disco es la raíz de los ya mencionados WBC y Elephant, De Stijl vendría ser la base de Get Behind me Satan e Icky Thumb, con muchas más experimentaciones, instrumentos atípicos, etc pero lo más grandioso de este complicado disco es que tiene de los mejores riffs que haya creado Jack e su carrera y la influencia de Jimmy Page se empieza a notar de partida con Little Bird; Let’s Build a Home o Hello Operator tienen lo suyo también, y a pesar de que sea el disco más difícil de escuchar no es para nada una pérdida de tiempo. 

The White Stripes fue la banda que lanzó al mundo a Jack White y a Meg White, ambos casi desnudos les costó afirmarse en la fama y a pesar de que Jack White tiene una carrera impecable hasta el día de hoy debido a sus variados proyectos, Meg no pudo resistir todo esto, de alguna manera u otra y terminó por retirarse de la vida pública y alejarse de la música, lo que de manera quizás morbosa, le ha servido al nombre del grupo para posicionarse en una estela casi de culto, muy extraño para una banda tan exitosa que ocupó un lugar tan importante en la década pasada. Meg te extrañamos y te esperaremos el tiempo que quieras para que vuelvas, y si no lo haces te recordaremos para siempre.



The Raconteurs


The Raconteurs fue la banda que sacó Jack White por allá por el 2006 junto a amigos y músicos conocidos de él como Brendan Benson, Jack Lawrence y Patrick Keeler, estos dos últimos miembros de The Greenhornes, y Brendan un gran amigo de Jack. Dean Fertita, otro compadre de Jack y miembro de The Dead Weather y Queens of the Stone Age los acompañaría de vez en cuando en vivo haciendo teclados. Debo decir que con The Raconteurs nunca me pude enganchar del todo, siendo que tienen dos tremendos discos y quizás las mejores composiciones de la carrea de Jack, cosa que es subjetiva y no comparto pero que respeto, y es que la primera vez que los escuché fue con Steady As She Goes, una canción tan buena para ser verdad, para ser primer tema, para ser primer lanzamiento, y me gustó demasiado y como saben una cosa lleva a la otra y Broken Boy Soldiers estuvo en mi lista de reproducción favorita por mucho tiempo gracias a grandes canciones como la ya mencionada Steady As She Goes o Hands, pasando por Intimate Secretary o la que quizás sea la mejor del disco, Blue Veins, aquí podemos encontrar desde influencias sesenteras de carretera hasta elaborados arreglos sacados de música de cámara, bueno más bien música de casa rústica y ese es el olor y el ambiente que se vive en el disco, que crece con cada escuchada. El Broken Boy Soldiers me gusta mucho más que el Consolers of the Lonely aunque este sea mucho más fresco y directo, con un sonido que te deja peinado para atrás gracias a temas como Salute your solution o Hold up pero de todas maneras canciones como Carolina Drama o Top yourself brillan por si solas llegando a los niveles más altos que la banda haya podido llegar en este disco. The Raconteurs es una banda ampliamente recomendada y a pesar de que solo tengan dos discos y una futura reunión se vea más o menos lejana, no hay que perder las esperanzas, ahí están las canciones y sabemos que a Jack le gustan, o sea igual las toca en vivo.


The Dead Weather


Quizás sea la banda de Jack White que después de The White Stripes tenga más seguidores, no lo sé bien pero a simple vista a mucha gente le gustan, yo no me incluyo mucho aunque me pareció en su tiempo un proyecto súper interesante, nunca me pude encontrar realmente con él como auditor. De aquí dos discos grabados por Jack White en batería y voces, Alison Mosshart (The Kills) en la voz, Dean Fertita en guitarras y Jack Lawrence en bajo, el primero del año 2009 Horehound, con un sonido blusero medio barroco y minimalista, melodías simples y mucho más oscuro quizás que las otras bandas en las que haya estado Jack White. Este álbum contiene temas como Treat me Like your Mother, 60 Feet Tall o la buenisima I Cut Like a Buffalo, quizás sea el mejor de los dos aunque está peleada la cosa pues al año siguiente sacaron un disco llamado Sea of Cowards que le hizo la pelea con temas un poco más duros como Die by the Drop, el eléctrico Jawbreaker o Blue Blood Blues, demostrando que la banda más allá de gustar o no, se daban con mucha química en el escenario y en el estudio, una manera de exorcizar los problemas y asuntos pendientes de White, tanto personales como musicales.


Productor


Jack White desde siempre, tanto directa como indirectamente, ha buscado tener una cierta cercanía con el pasado, con los artistas que lo moldearon y le dieron ese espíritu artístico tan característico de él, y sin pensarlo dos veces ha producido, aparte de sus trabajos, a otros diversos artistas como es el caso de Loretta Lynn, la cantante de música country a la que en el 2004 le produjo su disco Van Lear Rose que terminó por devolverle la gloria a la artista y posicionarla en los altos lugares de los ranking de este tipo de música ganando incluso dos Grammys. En el 2011 ya con su discográfica detrás Third Man Records, la cual ha ganado mucho prestigio últimamente, produjo el disco The Party Ain’t Over de la cantante de Rockabilly y Rock and Roll Wanda Jackson, incluyendo variados covers y algunas canciones propias en las que White colaboró como músico. Al igual que con Loretta pero quizás con un poco menos éxito, Wanda Jackson recupero las buenas ventas y la crítica le dio muy buena calificación al disco.


Solista


Después de tantos proyectos en paralelo, para el año 2012 llegó el turno del que sería su primer álbum como solista, el amado y odiado Blunderbuss que en su tiempo fue aclamado por la crítica pero que dividió un poco a los fans que vieron por un lado, un trabajo brillante y lleno de guiños y jugueteos que tanto extrañaban de The White Stripes, otros que vieron que faltaba calidad compositiva, que al final se ponía muy plano o que no explotaba nunca pero más allá del confuso sonido logrado en el disco, Jack por fin tomaba las riendas y se aventuraba sin tapujos ni limitaciones para convertirse en un artista a la vanguardia, al igual como lo había hecho hace 11 años atrás. De este diverso disco aparecen composiciones explosivas como Sixteen Saltines, duetos en Love Interruption, ritmos rock pop pegadizos en I’m Shakin o potencia sonora en Freedom at 21 que suena un tanto atípica pero que se mete de alguna manera en la cabeza de uno con ese riff demoniaco. Dos años más tarde su último lanzamiento Lazaretto llegó para romper unos cuantos records y para reencontrar a muchos de sus fanáticos con un sonido más cercano a sus trabajos anteriores, pero a la vez con una retro visión de los modelos de canciones propios de los 50 y los 60, con una guitarras eléctricas que suenan a imaginario de Tesla, ritmos más constantes y atractivos, un trabajo mucho más directo que le traería de muchos aciertos y alabanzas con canciones como la aplaudida Would you Fight for my Love?, o la infancia nostálgica en Alone in my Home, la fiestera Just One Drink, pasando por la gran Three Woman que abre el disco con fuegos artificiales, etc…pero quizás el acierto máximo fue el incorporar un violín como instrumento estable, lo que le dio otra atmosfera casi de chimenea a sus canciones. Lazaretto en mi opinión está mejor armado de Blunderbuss y es mucho mejor en cuanto a canciones, pues aquí se ve nuevamente a un Jack White seguro, innovador, queriendo sacarse ya los fantasmas del pasado, reencontrándose consigo mismo, algo que muchos de nosotros le aplaudimos a la distancia. 

Jack White, guste o no, ha sido de los músicos más influyentes e importantes de la nueva sangre del rock de principios del 2000, y aunque sus andanzas hayan comenzado antes, fue con The White Stripes en que tocó el cielo, dejando un legado que con los años se va fortaleciendo notablemente, llegando incluso a echarlos de menos pues qué bien que hace falta un grupo así, pero dicen que peor es nada y Jack White con su carrera solista poco a poco ha ido agarrando ritmo, desbordando crudeza y rock & roll en cualquier escenario que haya pisado últimamente, desde festivales importantes alrededor del mundo, o en pequeños clubes que arden de comienzo a fin, con más de dos horas de concierto muchas veces, cosa de quedar exhausto y satisfecho, Jack lo deja todo en el escenario y esperamos que sea de igual manera aquí en Chile. Al que no le gsuta que se vaya a la chucha. 










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