Dicen que todo lo bueno debe llegar a su fin. La historia lo
avala en muchos sentidos desde granes imperios que a pesar de su poderío y
longevidad temporal, terminaron por derrumbarse de una u otra manera, ya sea por
las incontables acciones desde fuera como por el peso de los mismos actos que
de un momento a otro, y sin previo aviso acabaron por desencadenar la peor de
las tragedias y la desintegración de todo lo que algún día fue. Edades de oro, épocas
memorables que con el paso del tiempo se fueron olvidando y desgastando, solo
quedando restos arquetípicos en el aire que sin duda alguna nos hacen mirar
todo desde una perspectiva tan lejana pero a la vez cercana. Las artes nos han
enseñado a vivir el momento e idealizar viejas glorias que tanta influencia nos
ha de entregar para el posterior desarrollo de nosotros mismos y las futuras
generaciones, siempre es un reto vivir y dejar huella sobre todo en lo que
amamos y retrospectivamente, la década de los 50 nos entrego, no solo grandes
cambios, si no grandes artistas que nos enseñaron, directa e indirectamente el
aprovechar el día, el ser ambiciosos y sobre todo el ser auténticos en lo que
uno hace.
La década y en especial la escena del Rock and Roll de los
cincuenta terminó drásticamente debido a los múltiples problemas que debieron
sortear sus miembros más emblemáticos y reconocidos. Desde lamentables
tragedias hasta un sinfín de drásticas situaciones, que moral y socialmente
vieron como el publico menos fiel (y el mayoritario) les dio la espalda en los
momentos más difíciles.
El Rock and Roll nació para algún día morir. A pesar de que
nuevas generaciones sigan aportando al crecimiento y la vigencia de este, su
destino parece ser el de una típica tragedia griega, viviendo de pequeños años
de éxtasis para luego agonizar de la manera más fría de todas: el desinterés. Esto ya comenzaba a verse por ahí por los años 1958 y 1959 cuando los nombres
más famosos de la escena musical empezaron a caer de diversas maneras; unas
más duras que otras, como una crónica de una muerte anunciada, dándonos a
entender que los rechazados sociales debían aceptar ese estatus de vivir rápido
y morir joven. Todo comenzaba ya por el año 1957 -a finales de este- cuando un inquieto Little Richard en pleno gozo de la fama, con ciertos
problemas con la prensa sobre su condición de homosexualidad que él encendía
aun más con sus letras directas y fogosas, después de un incendio que afectó al
avión en el que él viajaba, decide abandonar el Rock and Roll y acercarse más a
dios. Luego de este hecho, de simbólicamente renunciar a muchos de sus lujos,
Richard publicaría demasiadas pocas canciones, la mayoría viejas grabaciones góspel
que la discográfica lanzaba a modo de aguantar la alta demanda que el carismático
artista recibía por parte de la fanaticada en general. Uno de los primeros
grandes golpes que recibiría la música y que desencadenaría en un periodo de
tiempo relativamente corto, muchos más.
El segundo gran golpe que le privaría del éxito y el
reconocimiento por muchos años sería el de Jerry Lee Lewis, en pleno ascenso en
su carrera, componiendo de las mejores canciones de la década, de las más
movidas, de esas que contenían una locura musical casi esquizofrénica, todo se
le vio truncado en un momento clave de su carrera. Un día en el año 1958 Lewis
aterrizaba en Inglaterra junto a su familia y su esposa, la cual pocas veces se
le había visto en la escena publica, lo que llamaba fuertemente la atención de
la prensa que no dudo en conseguir algunas palabras de ella. Un periodista le
preguntó a él en pleno aeropuerto la edad de su esposa a lo que él responde 15,
lo cual resultó ser una gran mentira pues a las horas después se descubrió que ésta tenía solo 13 años y ya estaba casada con él, cosa que en aquel entonces, además
de ser ilegal era muy mal vista, lo que terminó por generar el repudio
generalizado del público y de sus más grandes fans, sobre todo de los sectores
más conservadores que vieron un hecho en concreto para aprovechar de demonizar
el movimiento musical que vivía en plenos años de gloria por aquel entonces.
Muchos artistas y encargados de realizar giras comenzaron a alejar a Jerry Lee
Lewis por el hecho de que no querían que se le asociara con personas como esta,
pues creían que hechos puntuales de esta envergadura le hacían mal a la escena.
Por muchos años Jerry no pudo volver a conseguir la fama y el reconocimiento
musical que se merecía, solo décadas después ya a mediados de los 80 volvió a
surgir su imagen, generando uno de los renaceres más grandes, en cuanto a reivindicación
que la cultura pop haya visto.
Buddy Holly |
Pero no fue hasta el año 1959 en que las más grandes
estrellas comenzaron a caer de a poco, generando el deterioro parcial de la
música Rock y que tardaría años en recuperar. Elvis Presley, la figura máxima
que seguía vendiendo millones de discos en el mundo, rompiendo más de algún corazón
alrededor del mundo, dejaba su habitual uniforme de estrella de la música en
1958 para así alistarse al ejercito de los Estados Unidos debido a un llamado
que había recibido y que aceptó sin más nada que decir. La ausencia de este, que
terminó por impactar de manera notable en la música y en todo lo que generaba
esta, terminó por abrirle camino a muchos otros músicos que se veían un poco
eclipsados por la tremenda figura de este, y así nombres como Eddie Cochran o
Buddy Holly se hacían notar cada vez más. A pesar de que ya llevaban algún
tiempo girando y lanzando grandes éxitos, no fue hasta estos años en que se les
empezó a mirar mucho más, invitándolos a todo tipo de programas radiales y
televisivos que los encumbraba todavía más en la fama pero que desgraciadamente
no les ayudó del todo monetariamente. Holly no estaba con su banda de siempre
The Crickets pero se veía un gran futuro para él debido a grandes composiciones
como solista que le entregaban un aire más maduro y reflexivo.
Martes 3 de febrero de 1959. Quizás la primera gran fecha en
que el Rock and Roll recibió uno de sus golpes más recordados y tristes en la
historia. El día que murió la música, bautizado por muchos especialistas del espectáculo,
amigos, familiares, músicos, en general, todos vieron como los aires de
esperanza, de generar cambios, de rebelarse contra lo que se consideraba mal, de
vivir al límite, siempre entregando los más memorables pasajes de uno mismo, se venían
abajo con un terrible accidente aéreo. Buddy Holly fue invitado a unirse a una
especial gira en la que un joven de tan solo 17 años llamado Ritchie Valens y
un disc jockey en su aventura musical llamado J.P. Richardson, más conocido en
el ambiente como The Big Bopper, eran los miembros estables con el único fin de
entregar sus mejores canciones y actuaciones en todos los lugares que
visitasen, generando algo de dinero para palear las incontables
crisis económicas que estos músicos sufrían, y por qué no de alcanzar todavía
más fama. Holly sufría una especie de auto exilio al no poder concretar un gran
single en más de un año, a pesar de que los críticos lo consideraban uno de los números
más prometedores, pero todo se desvaneció cuando éste. junto a Valens y The Big
Bopper sufren un trágico accidente en avioneta que termina con la vida de estos
tres, y en general de un movimiento que tenía los días contados.
Ritchie Valens |
El hecho genero tanto impacto mediático que muchos de los
famosos de aquellos tiempos asistirían a los funerales, pues con la muerte de
estos tres, la eterna condena de vivir rápido y morir joven se hacía presente. La maldición del blues heredada por la gran ambición de tres jóvenes que
querían ver arder el mundo de música y rebeldía. Una alegoría al mismísimo sueño
americano que abandonaba nuevamente las tierras para sumergirse en un olvido
que más adelante, con la muerte de Marilyn Monroe y Kennedy, terminaría por
sepultar definitivamente los años dorados de la juventud conflictiva. La gran década de los cincuenta, un
periodo en que el mundo vio como un par de muchachas y muchachos tomaban el
mundo con sus manos y lo convertían en algo un poco más real y honesto. Eddie
Cochran moriría al año siguiente en un trágico accidente automovilístico, en el cual
iba su amigo Gene Vincent que posteriormente a este suceso, nunca volvería a la actividad de antaño. Chuck Berry sería
condenado a prisión por un confuso hecho en el que se le acusaba de abusar de
una menor de edad, cosa que más adelante se esclarecería un poco más y
resaltaría el carácter racista de las razones que de verdad impulsaron esta
acusación. Elvis volvió pero sin patillas, con un estilo y un look mucho más
maduro y a la vez apto para todo tipo de público, cosa que no agradó del todo a
los más radicales y desadaptados que veían como eran engañados y abandonados
por su gran ídolo.
La importancia de todo esto radica en cómo el sueño del Rock
and Roll pudo hacerse tan masivo, generando a la posterioridad más cercana todo
tipo de géneros musicales que llevaban consigo la sangre y el espíritu de todos los James Dean, los Buddy Holly, los Carl Perkins, los Elvis Presley, las
Marilyn Monroe, los Chuck Berry y los Muddy Waters, entre muchos otros grandes
nombres que quedarán marcados por siempre en la historia de la música. Luchas
de clases sociales que exigían un trato justo igualitario, se alzarían en la
posterior década. Nombres tan importantes como The Beatles o The Rollings
Stones nacerían influenciados totalmente por esta década. Personajes como Joan
Baez o Bob Dylan entregarían grandes mensajes a la par de talentos como Jimi
Hendrix o Ray Davies, que llevarían todavía más allá las posibilidades de la
música, generando todo un gran movimiento que hasta el día de hoy se mantiene
simplemente como Rock. Sin el Rock el mundo sería un lugar demasiado frío para
vivir. Salud.
Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Elvis Presley and Johnny Cash. |
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